Posted by eva maria amezgaray ganuza on 20 November, 2012
Iba a escribir algo interesante de las enseñanzas zen cuando de pronto la espontaneidad de mi hijo de dos años bailando y cantando cual poseso me hizo sonreir y quedarme mirando flotando en este momento de felicidad como si hubiera observado la mayor obra de arte del mundo. Salud y amor!
Soplan vientos helados en la niebla, lo que antes era limpio ahora se se torna turbio, lo que antes se enseñaba ahora se esconde, lo que antes servia ahora molesta, se unen pérfidas voluntades para degollar al cordero, el precio ya está fijado, la ocasión propicia, suenan ecos de tambores en la niebla.
Mas nuestro ánimo está intacto, entera nuestra fortaleza, el cordero no será degollado, no podréis abatirlo, ni siquiera llegaréis a tocarlo. El león cuida del cordero, su rugido será oído por todos, nuestra luz mostrará el camino, dará calor al que viaje, prevalecerá sobre la niebla.