Posted by María Esperanza Pérez Conde on 2 December, 2012
Cuando dejamos de ser como realmente somos, dejamos de brillar y eso sucede porque algún dolor profundo y camuflado nos ha punzado el alma en alguna estación de nuestra vida… Y entonces nos sentimos como esa brizna de hierba diminuta que se bambolea al compás del tornado de emociones, que generamos al no comprender que nada que esté afuera nos puede hacer felices, si antes no lo encontramos dentro de nosotros….
Amarse a uno mismo consiste en aceptarnos, escucharnos, atendernos, respetarnos, valorarnos y, en definitiva, ser amables con nosotros en cada momento y frente a cualquier situación…Para ello hay que sanar las heridas emocionales derivadas de nuestros conflictos internos…
En primer lugar, para comenzar a sentir amor hacia nosotros, consiste en conocernos, y eso se logra comprendiendo cómo funcionamos para diferenciar lo que deseamos de lo que verdaderamente necesitamos para ser felices. Esto no es un fin en sí mismo, pero es el medio que nos permite ser conscientes de nuestros pensamientos y así superar a través de la aceptación y el amor, nuestros miedos, traumas, complejos y frustraciones derivados de tener desatendido a nuestro niño(a) interno.
Solo podemos compartir con los demás aquello que primero hemos cultivado en nuestro corazón…Quien no asuma un compromiso con su Ser, su niño(a) y sus emociones; responsabilizándonos de nuestro estado anímico y aceptándonos amorosamente con todo lo que somos y sentimos, no podremos ser partícipes de una convivencia sana con las personas que nos rodean…Cuando las carencias nos esclavizan, solo nos relacionaremos desde la escasez y el dolor, el miedo y la pérdida será nuestra moneda de cambio; sin embargo al conectar con nuestra fuente interna de bienestar y dicha, entramos en la vida de los demás desde la abundancia, ofreciéndoles lo mejor de nosotros sin necesitar ni esperar nada a cambio.
Solo nosotros decidimos, que sonidos escuchar, hacía adonde queremos mirar, porqué de ello dependerá lo que veamos, dando sentido a nuestra vida e influyendo de manera positiva en la de los demás, y eso sucede cuando nosotros estamos en nuestro centro y solo el amor que nos tenemos se reflejará en nuestras relaciones.
Amados amigos, en estos tiempos de profundos cambios la más sabia de las decisiones está en profundizar la relación que tenemos con nosotros, solo así nuestras relaciones con los demás serán más armónicas…
Que una constelación de bendiciones hagan brillar la vida de cada uno de ustedes. Con Amor Espe