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FELIZ AÑO 2013...

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FELIZ AÑO 2013

AMOR

Krishnamurti ~ Amor.


Mi Maestro me ha enseñado que el Amor vuelve al hombre capaz de conseguir todos los otros requisitos, y que todos los demás, sin el Amor, no serían jamás suficientes. Por esto nadie debería trabajar como educador - a nadie le debiera estar permitido - a menos que no hubiera demostrado, en su vida cotidiana, que el Amor es la más fuerte cualidad de su naturaleza. Se podrá uno acaso preguntar: ¿Cómo podemos nosotros estar seguros de si una persona posee el suficiente grado de Amor que la haga digna de ser educadora?. De la misma manera que un niño, desde sus primeros años, manifiesta su natural aptitud por una profesión o por otra, así una naturaleza claramente afectuosa debería indicar que el niño está particularmente adaptado para convertirse en instructor. Tales muchachos deberían estar deliberadamente destinados a la carrera docente, del mismo modo que se destinan otros jóvenes para otras profesiones.

Los muchachos que están preparándose para emprender una profesión cualquiera, hacen vida común en la misma escuela, y solamente si su vida de escuela es feliz podrán ser útiles a la nación cuando sean hombres. El muchacho es, por naturaleza, feliz y si conseguimos que tal felicidad pueda continuar creciendo, sea en la escuela, sea en casa, entonces él se convertirá en un hombre capaz de hacer felices a los demás.

Un docente lleno de amor y de simpatía, atraerá a los muchachos y hará placentera su vida de escuela.

Mi Maestro, dijo una vez: «Los muchachos están muy deseosos de aprender, y si un docente no logra interesarlos y hacer que amen las lecciones, es señal de que no está dotado para ejercer la enseñanza y debería elegir otra profesión». Además, añadió: «Aquellos que son míos, aman enseñar y servir.

Ellos buscan, ansiosos, toda ocasión de servir, del mismo modo que el hambriento busca alimento y siempre vigilan para aprovechar la ocasión apenas se presenta. Su corazón está tan repleto del Divino Amor que se les desborda y deben continuamente esparcirlo entre aquellos que les rodean.

Solamente éstos están adaptados para ser docentes - aquellos para los cuales enseñar no sólo constituye un sagrado e imperioso deber, sino también el más grande de los placeres».

Un profesor que sepa captar las simpatías de sus alumnos, logra hacer surgir todas las buenas cualidades, y su cariño hace que ellos no le tengan miedo. Cada muchacho, entonces, se manifiesta tal cual es, y el profesor está en grado de escoger el camino que mejor se le adapte y de ayudarle a seguirlo.

A un profesor así, sabiendo el alumno que va a encontrar simpatía y benevolencia, le expondrá todas sus dificultades y en vez de esconder las propias debilidades, estará contento de contarle todo a aquél de cuya amorosa ayuda está seguro. Un buen instructor recuerda su propia juventud, y así puede sentir al unísono con el muchacho que recurre a él.

Mi Maestro dice: «Aquel que ha olvidado su niñez y no está en consonancia con los niños, no es el hombre apto para enseñarles y ayudarlos».

Este amor del profesor por su alumno, amor que protege y ayuda, provocará de retorno amor por parte del muchacho; y puesto que este último admira a su maestro, un amor semejante asumirá la forma de reverencia. Una vez manifestada, la reverencia crecerá en el muchacho con el transcurso de los años, convirtiéndose en costumbre el percibir y reverenciar la grandeza; y así, con el tiempo, lo conducirá acaso a los Pies del Maestro. El amor del niño por el instructor lo hará dócil y fácil de guiar, y así no surgirá jamás la necesidad del castigo. De este modo desaparecerá una de las grandes causas de temor que actualmente envenenan las relaciones entre docente y alumno.

Todos aquellos de entre nosotros que tienen la felicidad de ser discípulos de verdaderos Maestros saben cuáles deberían ser estas relaciones.

Nosotros sabemos con qué admirable paciencia, dulzura y simpatía, Ellos nos acogen siempre, también cuando pudimos haber cometido errores o haber sido débiles.

Y, sin embargo, entre Ellos y nosotros hay una diferencia mucho mayor que entre el educador común y su alumno. Cuando el profesor haya aprendido a reconocer que sus quehaceres lo consagran al servicio de la nación, del mismo modo que el Maestro se ha consagrado al servicio de la humanidad, entonces se convertirá en parte del gran Departamento de Instrucción del mundo, al cual pertenece mi muy amado Maestro; Departamento del cual el Augusto Jefe es el Supremo Instructor de los Dioses y de los hombres.

Se me podrá acaso objetar que no todos los muchachos pueden ser dirigidos de tal modo. A esto responderé que tales muchachos habrían ya sido precedentemente estropeados por un mal tratamiento. Y, aun cuando así fuese, ellos deberán ser mejorados poco a poco utilizando mayor paciencia y un constante amor. Tal método ha demostrado ya haber dado buen resultado todas las veces que ha sido utilizado.

Viviendo en esta atmósfera de amor durante las horas de escuela, el muchacho logrará ser, en su familia, mejor hijo, mejor hermano, y aportará un sentimiento de vida y de vigor en lugar de depresión y cansancio, como generalmente ocurre ahora. Cuando, a su vez, se convierta en cabeza de familia, la colmará de aquel mismo amor en el que fue educado y así la felicidad andará esparciéndose y creciendo de generación en generación.

Cuando tal muchacho se convierta en padre no considerará a su propio hijo, como tantos lo hacen hoy día, desde un punto de vista puramente egoísta, como si se tratase de un simple objeto de propiedad; como si el hijo no existiese sino para el provecho del padre. Algunos padres parecen considerar a sus propios hijos simplemente como un medio para acrecentar la prosperidad y la reputación de la familia; bien por medio de la profesión que puedan abrazar, bien por medio de los matrimonios que puedan combinar sin siquiera tener en cuenta los deseos de los mismos jóvenes.

El padre sabio consultará a su hijo como a un amigo, y hará todo por descubrir sus deseos, y con su mayor experiencia le ayudará a realizarlos sabiamente, teniendo siempre presente que el hijo es un «ego» venido al padre para que, ayudando al hijo en su progreso, pueda el padre mismo crearse un buen karma. El padre no olvidará jamás que, por muy joven que pueda ser el cuerpo de su hijo, el alma interior es tan vieja como la suya, y debe ser tratada, por tanto, con respeto y con afecto. Tanto en casa como en la escuela el amor se hará visible como es lógico a través de pequeños gestos serviciales y éstos formarán una costumbre, de la que surgirán las más grandes y heroicas actuaciones de servicio que configuran la grandeza de una nación.


A los pies del Maestro por Krishnamurti

¿Cual es tu animal de poder?

Hola a todos justo hoy he visto algo nuevo para mi y queria compartirlo.

¿Cual es tu animal de poder?
La verdad esque mejor que lo leais. Es algo importante y bonito.

Os dejo la pagina donde lo lei.
Yo ya vi al mio. Es cierto tuve la experiencia y la breve meditacion q viene es mas q suficiente para verlo y estar con el.

Es un compañero fiel que te ayjdara espiritualmente. Y ciertamente existe. Probas y ya m direis.

http://luhema.wordpress.com/2011/05/07/%C2%BFcual-es-tu-animal-de-poder/

CUENTOS PARA LOS NIÑOS (5)

El ángel más chiquito
Hace muchos, muchos años, en la época en que el tiempo está calculado por los hombres pero solamente ayer en el calendario celeste del Cielo,había una vez en el Paraíso, el Querubín más desdichado y triste, que era conocido en todo el Cielo como "El ángel más chiquitito".

Tenía  exactamente cuatro años, seis meses, cinco días, siete horas y cuarenta y dos minutos de edad, cuando se presentó al venerable Portero para ser admitido en el glorioso Reino de Dios.
Parado desafiantemente con sus cortas piernas separadas, el ángel más chiquitito pretendía que no estaba para nada atemorizado por tal esplendor  sobrenatural, y que no estaba para nada miedoso.Pero su labio inferior temblaba, y una lágrima lo avergonzó, haciendo un nuevo surco en su cara ya  humedecida , y llegando a un alto repentino en la mera punta de su naricilla pecosa.
Pero eso no era todo. Mientras que el amable Portero estaba anotando su nombre en el Gran Libro, el ángel más chiquitito,  había salido de casa, como de costumbre, sin un pañuelo, y trató de esconder
sus lágrimas sorbiendo- un sonido nada angelical- que sorprendió  tanto al buen Portero, que hizo algo que nunca había hecho en toda la eternidad ¡manchó la página!
De aquel momento en adelante la paz celestial nunca fue la misma, y el ángel más chiquitito pronto se convirtió en la desesperación de todos los huéspedes celestiales . Su agudo silvido, partía los oídos y resonaba a todas horas en las calles doradas. Sorprendía a los Patriarcas y Profetas, los molestaba en sus meditaciones. Sobre todo cantaba con voz desafinada en la práctica de canto, en el coro celestial, echando a perder su efecto etéreo.
Y siendo tan pequeño, parecía necesita el doble del tiempo que cualquier otro para llegar a las oraciones nocturnas, el ángel más chiquitito siempre llegaba tarde, y siempre se tropezaba con las alas de todos cuando corría a su lugar.
Y aunque estas faltas en su comportamiento podían haber sido bastante, el aspecto del ángel más chiquitito era aún peor que su comportamiento. Al principio se decía en voz baja  entre los Serafines y los Querubines , después en voz alta entre los ángeles y arcángeles, que ni siquiera parecía un ángel.
Y todos tenían razón, no lo parecía. su halo estaba manchado donde él lo cogía con su manita gorda y caliente de tanto correr, siempre estaba corriendo. Además, aún cuando él estaba muy quieto, su halo no se portaba como correspondía. Se estaba siempre deslizando  sobre un ojo, o bien por pura maldad deslizándose por atrás de su cabeza, se iba rodando por alguna calle dorada, nada más para que él tuviera que correr a perseguirlo. 
Sí, y debe recordarse que sus alas no eran útiles ni ornamentales . Todo el paraíso detenía  la respiración cuando el ángel más chiquitito se trepaba como un gorrión que quería aprender a volar, en la mera punta de una nube dorada, y se preparaba par brincar.Se arremolinaba por acá y por allá, pero después de muchas tentativas y de algunas salidas en falso, cerraba ambos ojos, se apretaba su nariz pecosa, contaba hasta trescientos treinta y tres y entonces , se aventaba lentamente en el espacio.  (Tomado de: Siemprescout.org)

 

FELIZ AÑO 2013 TE DESEA  MARÍA DOLORES.