¿Sabes quién es tu salvador? Tú. Eres el más cualificado para salvarte. Conoces todas tus debilidades. Conoces todas tus fortalezas. Estás eminentemente cualificado para salvarte. Así que continúa con la tarea de salvarte a ti mismo reconociendo el potencial que tienes dentro de ti. Entiende. No es algo pequeño.