Querida Familia, las bellas historias entre animales y humanos siempre me conmueven. En esta Familia sabemos que no hay separaciones ni fronteras entre las diversas formas de vida, pero este vídeo lo muestra de forma vivencial, pues se nota el mutuo afecto que se profesan dos amigos humanos y un león, a quien adoptan desde pequeño. Aquí lo imposible, es decir, la amistad demostrada entre humano y león, se hace bien patente. Christian, ni después de haber recuperado su vida salvaje, se olvidó de sus dos queridos amigos humanos.
Esta es su historia.
En el año 1968 John Rendall & Anthony Bourke (conocido como Ace), dos australianos, vieron un cachorro de león a la venta en un almacén de animales exóticos en Harrod's, un centro comercial. Conmovidos por las condiciones en que se encontraba, no muy buenas, decidieron comprarlo y llevárselo a casa.
El pequeño león, fue bautizado con el nombre de Christian.
Siempre estaban juntos, eran un trío perfecto, incluso, salían a comer a un restaurante una vez por semana.
Después de un año y sabiendo que no era posible que continuara viviendo con ellos, decidieron llevarlo a un lugar mucho más idóneo. Acordaron llevar a Christian a la reserva natural de George Adamson, en el Parque Nacional de Kora, en Kenia.
George Adamson, asesoró a los jóvenes sobre los cambios que debían hacer con el león antes de llevarlo a África y también posteriormente, mientras se iba aclimatando al entorno natural de Kenia. Acompañaron a Christian hasta su nuevo hogar, daban paseos por la llanura africana para que reconociera el lugar y también para ser presentado a sus nuevos compañeros en la reserva.
Con paciencia y amor, consiguieron que se adaptara al nuevo entorno. Llegó el momento en que, John & Ace tuvieron que decirle adiós y permitir que su amado amigo continuara su vida en África, a cargo de George, el dueño de la reserva.
En 1974 John & Ace regresan a Kenia para visitar a su amigo del alma; fueron avisados de que, posiblemente, Christian ya no se comportara igual que en el pasado, hasta podría no reconocerlos, habían pasado varios años, vivía en un entorno muy diferente y ahora tenía otra familia, una pareja y dos cachorros que proteger, debían tener cuidado al acercarse a Christian.
Nada más lejos... Cuando Ace y John ven a Christian en las montañas y lo llaman, no duda ni un momento en correr hacia ellos y saltar a sus brazos como lo hacía cuando era un cachorro. Los tres se abrazan, se besan y expresan el inmenso amor que continúan sintiendo.
Lo auténtico, lo verdadero, siempre perdura en el tiempo y en la distancia. Para el Amor, no existe el tiempo, siempre es presente.
