Páginas

La historia del concierto de Aranjuez....

Facebook icon Twitter icon Forward icon

La historia del concierto de Aranjuez.

El maestro Joaquin Rodrigo, ciego desde los tres años de edad, compuso esta bellísima partitura en el año 1939 en un ambiente tenso por las últimas etapas de la Guerra Civil española y la incipiente Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la emotiva historia que se esconde tras sus notas es profundamente personal.

El maestro estaba casado con Victoria Kamhi, una joven pianista turca, embarazada por entonces de un primer hijo que ambos esperaban con enorme ilusión. Se encontraba el músico en plena composición de la obra cuando su mujer cayó gravemente enferma teniendo que ser ingresada de urgencia en un hospital de Madrid.

Los doctores anunciaban poco después al marido y padre que su mujer y su hijo iban a morir con casi completa seguridad. Después de oír aquello, el maestro Rodrigo regresó a casa, se sentó delante de su piano y de la mejor forma que él conocía para expresar sus sentimientos, compuso el principio del segundo movimiento. Finalmente Victoria viviría, pero su hijo nació muerto.

El segundo movimiento, es un diálogo musical entre Dios y el compositor. Un diálogo que comienza con un precioso fragmento, un desconsolado paseo de vuelta a casa después de conocer la noticia, y el inicio de una lastimera oración a Dios, suplicándole que no se lleve las almas de su mujer y de su futuro hijo.

Es un comienzo extremadamente hermoso, capaz de llegar a cualquiera. De repente, una guitarra, con voz propia, con los ojos llenos de lágrimas insistiendo en la petición a Dios, busca su misericordia... pero cuando llega la contestación de Dios (la orquesta), es para replicarle que, para que su mujer viva, su hijo deberá morir.

Con tremenda tristeza y resignación, la guitarra acepta esa cruel condición que Dios impone y es entonces cuando se produce la ascensión del alma del nonato a los cielos, expresada en un sólo de guitarra en el que el maestro Rodrigo entrega el alma de su hijo para recuperar, al menos, el de su mujer.

 

AHORA YA EMPEZO LA NUEVA SEMANA!! LES DESEO ¡¡FELICIDADES!! Y LES DEJO ESTA REFLEXION ,, LA NANITA.

Quiero volver a confiar

Adoro mi mundo simple y común.

Tener el amor, la caridad, la solidaridad como base.

La indignación delante de la falta de ética, moral, respeto, prepotencia e injusticia. 
 


Fui criado con principios morales comunes cuando era niño: madres, padres, profesores, abuelos, tíos, vecinos eran autoridades dignas de respeto y consideración. Cuanto más próximos o más viejos, más afecto. Inimaginable responder maleducadamente a los más ancianos, ni a maestros o autoridades. Confiábamos en los adultos porque todos eran padres, madres o familiares de todos los chicos de la cuadra, del barrio, de la ciudad. Teníamos miedo apenas de lo oscuro, de los ratones, de películas de terror.

Hoy tengo una tristeza infinita por todo lo que hemos perdido, por todo lo que los niños un día temerán, por el miedo en la mirada de los niños, jóvenes, viejos y adultos.

 

Quiero sacar las rejas de mi ventana para tocar las flores.

Quiero sentarme en la vereda y tener la puerta abierta en las noches de verano.

Quiero la honestidad como motivo de orgullo.

Quiero la rectitud de carácter, la cara limpia y la mirada a los ojos. 

Quiero la vergüenza y la solidaridad.

Quiero la esperanza, la alegría, la confianza, la fe. 

Quiero callarle la boca a quien dice "a nivel de", al hablar de una persona. ¿Qué bien trae el "tener", si se pierde el ser"? ¡Y viva, sí, viva el retorno de la verdadera vida, simple como la lluvia, limpia como un cielo de abril, leve como la brisa de la mañana! Y definitivamente, común, como yo. 

Adoro mi mundo simple y común. Tener el amor, la caridad, la solidaridad como base. La indignación delante de la falta de ética, de moral, de respeto, de prepotencia e injusticia. 

¿Vamos a volver a ser "gente"? Tenemos una misión, única en nuestra sociedad actual: construir un mundo mejor, más justo, donde las personas respeten a las personas. ¿Utopía? No..., ¿sí?, ¿quién sabe?... Hoy es día para hacer el intento, es el día para marcar la diferencia.
 

P. Dennis Doren LC