REDES DE PAZ

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MEDIUMS, ¿puentes hacia otra dimensión?

La palabra médium deriva del latín: médiums, que significa: intermediario. El médium es un medio gracias al cual, según la hipótesis espiritista, los espíritus se pueden manifestar con el fin de común

Icarse con los vivos .El médium es el intermediario entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos, y también es la persona en la cual se manifiestan los fenómenos de la mediumnidad, la facultad que lo convierte en lo que es.
La mediumnidad es el poder de recibir y transmitir las vibraciones y las radiaciones de pensamientos, sonidos, colores e incluso perfumes del entorno, ser médium es poseer el órgano de la sensibilidad psíquica más desarrollado, es un instrumento dirigido a captar y transmitir, aunque de manera inconsciente, lo que se encuentra en determinadas zonas magnéticas: el mundo Astral, sin luz, oscuro y el espacio interestelar cercano al plano físico. El plano astral ejerce mucha influencia en el plano físico., entonces la obra del médium consiste en una auténtica incursión en la otra dimensión. 

LA SESION MEDIUMNICA


Durante el transcurso de estas sesiones el médium se deja ir, y aparta los pensamientos , se abandona completamente y luego cierra los ojos, y digamos que se dispone a algo parecido a dormir, dentro de esto hay la 

ULTRAFANIA O MEDIUMNIDAD CONCEPTIVA


Está vinculada a los fenómenos denominados intelectuales, aquí existen diferentes tipos de médium: 

Médiums escribientes

Médium de carácter ectoplásmico y teleplastico 

Médium de incorporación directa

Médium con capacidades escotograficas

LOS FENOMENOS ULTRAFANICOS

Se dividen en 

triptologicos

psicograficos(escritura automática)

psicofonicos(en función de la manifestación),y 

anímicos o espiritistas,estos fenomenos estan constituidos por transmisiones del pensamiento mediante golpes (raps)

Los fenomenos ultrafisicos o también hiperfisicos se dividen en :
Fisiológicos
Telecineticos
Telenergeticos
Teleplasticos

LOS TERMINOS DE LA ULTRAFANIA
BIOPSIQUE es decir vida psíquica o vitalidad psíquica,diriamos la primera metamorfosis divina.
Luego desde un punto de vista matemático,la BIOTESIS:es el estado del alma liberada del organismo,la biosofia es (ciencia de la vida),es la filosofía a través de las practicas experimentales y la teoría trascendental,identifica principio y leyes orientados al descubrimiento de las distintas realidades que se escapan a el ser humano. 


ALMA Y ESPIRITU: el alma daría vida al cuerpo, mientras que el espíritu seria la parte superior del ser humano.

 

 

 

 

i�RlC8�� x%� ctualmente son;

PALLAS ATENEA........ Diosa de la Verdad
KWAN YIN................... Diosa de la Misericordia
VISTA (Cyclopea)...........El ojo todo avizor de Dios
LADY PORTIA...............Diosa de la Justicia
MADRE ALEXA.............Diosa de la Libertad
SEÑOR SAITHRU..........Manú de la 7ª Raza-raíz
LADY NADA...................Diosa del Amor
MADRE MARIA
SRI MAGRA

 

LOS SALONES DEL KARMA y TRIBUNAL KARMICO

LOS SALONES DEL KARMA y TRIBUNAL KARMICO

Situado en los Ámbitos Etéricos inferiores se encuentra un gran edificio cuadrado de color blanco, el cual ha sido mencionado por muchos como "El Salón del Juicio" pero que, en realidad, es un templo de gran Misericordia y Amor conocido como "Los Salones del Karma".

A través de este edificio pasa cada corriente de vida después de haber sido liberada de la encarnación física, y a través del mismo edificio pasa cada alma encarnaste antes de que se le dé su asignación dentro de un cuerpo Terreno.

No hay corriente de vida que no esté familiarizada con los Salones del Karma, y, por lo general, es producto de la esfera a la cual el alma es delegada por las actividades cuestionables en vida, que el individuo ha traído de vuelta un miedo al "juicio”, y ha incorporado a la teología de varias religiones a la doctrina de la ira y castigos de Jehovah.

Un entendimiento concienzudo del gran servicio prestado a las almas que evolucionan sobre el planeta por esos poderosos Seres conocidos como los Señores del karma eliminaría de la consciencia y mundo emocional del aspirante este miedo a la muerte y al juicio , y le ayudaría al individuo a pasar a través del cambio llamado "muerte" ( así como a sus seres queridos que permanecen en la esfera terrenal ) a participar en la experiencia y a ayudarse a sí mismo a recibir el mayor beneficio posible de una experiencia así .

El gran proceso de evolución requiere que el alma del hombre debe encarnar en un cuerpo físico y aprender a adueñarse del control y calificaciones de las energías (Vida) a fin de calificar para ciertos cargos espirituales en el esquema de la Evolución Universal. Por supuesto que muchos seres nunca escogen encarnar, pero en aras de brevedad y claridad, vamos a considerar sólo a aquellos que voluntariamente escogieron asumir la encarnación física, ya sea como Guardianes de la raza humana o a fin de ganar experiencia y maestría de la energía como un miembro de la evolución.

A fin de regular la entrada de estas almas dentro de cuerpos físicos para darles una oportunidad de desarrollarse y madurar sobre la tierra , y , entonces liberarlos al cierre de un ciclo determinado para hacerles espacio a otras corrientes de vida que esperan por entrar al salón de las clases de la Tierra , se creó un Tribunal de Seres Celestiales cuyas múltiples , diversas y complejas responsabilidades están relacionadas con la provisión de la mayor oportunidad posible para cada uno de los diez billones de almas que pertenecen a esta evolución . 

Este grupo es conocido el TRIBUNAL KARMICO, y sus decisiones son finales en lo concerniente a las disposiciones de los asuntos de la humanidad, excepto en las raras instancias en que se elevan peticiones ante el Sol del sistema y se otorgan dispensaciones para acelerar el progreso de la raza.
Sí el alma ha llegado al final de su ciclo de encarnaciones y hay una oportunidad de que pueda alcanzar la Ascensión, por lo general un Maestro del Tribunal Cárnico viene a buscar al individuo antes de que haya finalmente pasado por el cambio llamado "muerte”. Una persona así es examinada, y, sí sus energías lo califican para alcanzar su Victoria, se le da a escoger entre aceptar la Ascensión o esperar a una fecha posterior a fin de reencarnar y servir mejor a la humanidad.

Los miembros actuales del Tribunal Cárnico actualmente son;

PALLAS ATENEA........ Diosa de la Verdad
KWAN YIN................... Diosa de la Misericordia
VISTA (Cyclopea)...........El ojo todo avizor de Dios
LADY PORTIA...............Diosa de la Justicia
MADRE ALEXA.............Diosa de la Libertad
SEÑOR SAITHRU..........Manú de la 7ª Raza-raíz
LADY NADA...................Diosa del Amor
MADRE MARIA
SRI MAGRA

 

LOS MISTERIOS DE LA VIDA Y DE LA MUERTE

LOS MISTERIOS DE LA VIDA Y DE LA MUERTE

 

Vamos a comenzar la plática de esta noche; espero que todos pongan el "máximum" de atención.

Voy a hablar hoy sobre los Misterios de la Vida y de la Muerte; ese es el objeto claro de esta plática.

Vamos a hacer una plena diferenciación entre lo que es la Ley del Eterno Retorno de todas las cosas, la Ley de la Transmigración de las almas, y la Ley de la Reencarnación, etc.

Ha llegado el momento de desglosar ampliamente todas estas cosas, a fin de que los estudiantes se mantengan bien informados.

Es obvio que lo primero que uno necesita saber en la vida es ¿de dónde viene, para dónde va, cuál es el objeto de la existencia, para qué existimos, por qué existimos? etc., etc., etc.

Incuestionablemente, si queremos nosotros saber algo sobre el destino que nos aguarda, sobre lo que es la Vida en sí, se hace indispensable, primero que todo, saber qué es lo que somos; eso es urgente, inaplazable, impostergable.

El cuerpo físico, en sí mismo, no es todo. Un cuerpo está formado por órganos y cada órgano está compuesto por células; a su vez, cada célula está compuesta por moléculas y cada molécula por átomos; si fraccionamos cualquier átomo, liberamos energía. Los átomos en sí mismos, se componen de iones que giran alrededor de los electrones, de protones, de neutrones, etc., etc., etc., todo eso los sabe la física nuclear.

En última instancia, el cuerpo físico se resume en distintos tipos y subtipos de energía, y eso es interesantísimo. El mismo pensamiento humano es energía; del cerebro salen determinadas ondas que pueden ser registradas sabiamente. Ya sabemos que los científicos miden las ondas mentales con aparatos muy finos y se les cataloga en forma de micro-voltios. Así pues, en última instancia nuestro organismo se resume en distintos tipos y sub-tipos de energía.

La llamada "materia" no es más que energía condensada por eso dijo Albert Einstein: "energía es igual a masa, multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado"; y también afirmó en forma enfática, que "la masa se transforma en energía y la energía se transforma en masa". Así que, en última síntesis, la llamada "materia" no es más que energía condensada.

El cuerpo físico tiene un fondo vital orgánico. Quiero referirme, en forma enfática, al "Lingam Sarira" de los teósofos, a la condensación Bio-Termo-Electromagnética. Cada átomo del Cuerpo Vital penetra cada átomo del cuerpo físico y lo hace vibrar y centellear. El Doble Vital o Cuerpo Vital, es realmente una especie de doble orgánico. Si por ejemplo un brazo de ese Doble Vital se sale del brazo físico, sentimos que la mano se nos duerme, que el brazo se nos duerme, pero al volver ese brazo vital a entrar dentro del brazo físico, al penetrar cada átomo del Cuerpo Vital dentro de cada átomo del cuerpo físico, se produce una vibración, la vibración esa que siente uno cuando se le duerme un brazo y tiene uno que despertarlo, una especie de "hormigueo" por decirlo así.

Bien, si se le sacara definitivamente el Cuerpo Vital a una persona física, y no se le volviese a traer, moriría la persona física. Así que resulta interesante esto del Cuerpo Vital; sin embargo, tal cuerpo no es más que la sección superior del cuerpo físico, es dijéramos, la parte tetradimensional del cuerpo físico. Los vedantinos consideran al Cuerpo Vital y al físico como un todo, como una unidad.

Un poco más allá pues, de este cuerpo físico con su asiento vital orgánico, tenemos nosotros al Ego. En sí mismo, el Ego es una suma de diversos elementos inhumanos que en nuestro interior cargamos; es obvio que a tales "elementos" los denominamos Ira, Codicia, Lujuria, Envidia, Orgullo, Pereza, Gula, etc., etc., etc. Son tantos nuestros defectos, que aunque tuviésemos mil lenguas para hablar y paladar de acero, no acabaríamos de enumerarlos a todos cabalmente. Así pues, que el Ego no es más que eso.

Hay gentes que entronizan al Ego en el corazón y le hacen un altar y le adoran; son equivocados sinceros que suponen que el Ego en sí mismo es divinal, y en eso están perfectamente equivocados.

Hay quienes dividen al "yo", en dos: "yo superior", "yo inferior", y quieren que el "yo superior" controle al "yo inferior". No quieren darse cuenta esas gentes, no quieren darse cabal cuenta tales personas, que "sección inferior" y "sección superior" de una misma cosa, son la misma cosa.

El "yo", en sí mismo, es tiempo; el "yo", en sí mismo, es un libro de muchos tomos; en el "yo" están todas nuestras aberraciones, todos nuestros defectos, aquello que hace de nosotros verdaderos animales intelectuales en el sentido más completo de la palabra.

Algunos dicen que el "Alter Ego" es divino y le adoran; es otra forma, pues, de buscar escapatorias para salvar al "yo", para divinizarlo, porque el "yo" es el "yo", y eso es todo.

La muerte, en sí misma, es una resta de quebrados; terminada la operación matemática, lo único que continúa son los "valores". Estos "valores" son positivos, y negativos también; los hay buenos y los hay malos. La Eternidad se los traga, los devora; en la Luz Astral, los "valores" se atraen y repelen, de acuerdo con las Leyes de la Imantación Universal. Los "valores" son los mismos elementos inhumanos que constituyen el Ego; estos "elementos" a veces chocan entre sí, o simplemente se atraen o repelen.

La muerte es el regreso al punto original de partida. Un hombre es lo que es su vida; si un hombre no trabaja su propia vida, si no trata de modificarla, obviamente está perdiendo el tiempo miserablemente, porque el hombre no es más que eso: lo que es su vida. Nosotros debemos trabajar nuestra propia vida para hacer de ella una Obra Maestra.

La vida es como una película; cuando termina la película, nos la llevamos para la Eternidad; en la Eternidad revivimos nuestra propia vida, que acaba de pasar. Durante los primeros días, el desencarnado, el difunto, suele ver la casa donde murió y hasta habita en ella. Si murió por ejemplo de 80 años de edad, seguirá viendo a sus nietos, sentándose a la mesa, etc., es decir, el Ego estará perfectamente convencido de que todavía está vivo y no hay nada en la vida que logre convencerle de lo contrario. Para el Ego nada ha cambiado, desgraciadamente; él ve la vida como siempre. Sentado por ejemplo, ante la mesa del comedor, pedirá sus alimentos acostumbrados. Obviamente, no lo verán sus "dolientes", pero el subconsciente de sus familiares sí responderá; ese subconsciente pondrá en la mesa los indicados alimentos. Es obvio que no va a poner alimentos físicos, porque eso sería imposible, pero sí pone formas mentales, muy similares a las de los alimentos que el difunto acostumbraba a consumir.

Puede ver un velorio el desencarnado; jamás supondría que ese velorio tenga algo que ver con él, más bien piensa que tal velorio corresponde a alguien que murió, a otra persona, más nunca creería que correspondería a él; él se siente tan vivo, que ni remotamente sospecha su defunción. Si sale a la calle, verá las calles tan absolutamente iguales, que nada podría hacerle pensar que ha sucedido algo. Si va a una iglesia, verá allí al "cura" diciendo misa, asistirá al rito y muy tranquilo saldrá de la iglesia, perfectamente convencido de que está vivo, nada podría hacerle pensar que ha muerto. Aun más: si alguien le hiciese tamaña afirmación, él sonreiría escéptico, incrédulo, no aceptaría la afirmación que se le hiciese.

Tiene que revivir en el Mundo Astral, el difunto, toda la existencia que acaba de pasar; pero la revive en una forma tan natural y a través del tiempo, que el difunto, identificado con la misma, de verdad saborea cada una de las edades de la vida que terminó. Si era de 80 años, por ejemplo, por un tiempo estará acariciando a sus nietos, sentándose a la mesa, acostándose en su consabida cama, etc., pero a medida que va pasando el tiempo, él va adaptándose a otras circunstancias de su propia existencia. Pronto se sentirá viviendo la edad de 79 años, o de los 77, o de los 60, etc., y si vivió en otra casa, a la edad de los 60 años, pues se verá viviendo en aquella otra casa y dirá lo mismo que dijo, y hasta su aspecto psicológico asumirá el aspecto que tenía cuando era de 60 años, y si vivió a la edad de 50 años en otra ciudad, pues a esa edad se verá, en esa edad, reviviéndola en esa otra casa y así sucesivamente, a tiempo que su aspecto psicológico, su fisonomía, va transformándose, de acuerdo con la edad que tenga que revivir. A la edad de 20 años, por ejemplo, tendrá exactamente la fisionomía que tuvo cuando era de 20 años, y a la edad de 10 años se verá hecho un niño, y cuando llegue el instante, pues, en que haya terminado de revisar su existencia pasada, su vida toda habrá quedado reducida a sumas y restas y operaciones matemáticas; esto es muy útil para la Conciencia.

En estas condiciones, el difunto tendrá prácticamente que presentarse, pues, ante los Tribunales de la Justicia Objetiva o de la Justicia Celestial; tales Tribunales son perfectamente distintos a los de la Justicia Subjetiva o terrenal. En los Tribunales de la Justicia Objetiva solo reina, de verdad, la Ley y la Misericordia, porque es obvio que al lado de la Justicia siempre está la Misericordia.

Tres caminos se abren ante el difunto: el primero, unas vacaciones en los Mundos Superiores, este camino es para gentes que se lo merecen de verdad. Segundo, pues retornar en forma mediata o inmediata a nueva matriz. Tercero, descender a los Mundos Infiernos, hasta la "Muerte Segunda" de que habla el "Apocalipsis" de San Juan y el Evangelio del Cristo.

Obviamente, quienes logran el ascenso a los Mundos Superiores, pasan por una temporada de gran felicidad. Normalmente el Alma, o lo que dijéramos la Conciencia, se encuentra embotellada entre el "yo" de la psicología experimental, entre el Ego, que como ya les dije a ustedes, es una suma de distintos elementos inhumanos. Más sucede que aquéllos que suben a los Mundos Superiores, abandonan al Ego temporalmente; en estos casos el Alma o Conciencia o Esencia, o como queramos llamarla, sale dentro de ese calabozo horrible que es el Ego, el "yo", para ascender al famoso "Devachán" de que nos hablaran los indostanes: una región de felicidad inefable en el Mundo de la Mente Superior del Universo. Allí se goza de una auténtica felicidad, allí se encuentran los desencarnados con sus familiares que abandonaron hace tiempo; encuentran, dijéramos, lo que podríamos decir el Alma de ellos. Posteriormente, la Conciencia, la Esencia, o Alma, o como queramos llamarla, abandona también el Mundo de la Mente para entrar en el Mundo de las Causas Naturales.

El Mundo Causal es grandioso, maravilloso; en el Mundo Causal resuenan todas las armonías del Universo, allí se sienten, en verdad, las melodías del Infinito. Sucede que en cada planeta hay múltiples sonidos, pero todos ellos entre sí, sumados, dan una nota-síntesis, que es la nota-clave del planeta. El conjunto de notas-claves de cada Mundo, resuena maravillosamente entre el coral inmenso del espacio estrellado y esto produce un gozo inefable en la Conciencia de todos aquellos que disfrutan la dicha en el Mundo Causal.

También encontramos, en el Mundo de las Causas Naturales, a los Señores de la Ley, a los que castigan y premian a los pueblos y a los hombres. Encontramos, en el Mundo de las Causas Naturales, a los verdaderos Hombres, a los Hombres Causales; allí los hallamos, trabajando por la humanidad. Encontramos, en el Mundo de las Causas Naturales, a los "Principados", a los Príncipes de los elementos, a los Príncipes del fuego, del aire, de las aguas y de la tierra.

La vida palpita, intensivamente, en el Mundo de las Causas Naturales. El Mundo Causal es precioso en sí mismo; un azul profundo, intenso como el de una noche llena de estrellas, iluminada por la Luna, resplandece pues incesantemente en el Mundo de las Causas Naturales. No quiero decir que no hayan otros colores; sí los hay, pero el color básico fundamental, es el azul intenso, profundo, de una noche luminosa y estrellada.

Quienes viven en esa región, son felices en el sentido más trascendental de la palabra; pero todo premio a la larga se agota, cualquier recompensa tiene un límite y llega el instante, claro está, en que el Alma que ha entrado en el Mundo Causal debe retornar, regresar y descender inevitablemente, para meterse nuevamente dentro del Ego, dentro del "yo" de la psicología experimental. Posteriormente, esa clase de Almas vienen a impregnar el huevo fecundado, para formar un nuevo cuerpo físico; se reincorporan en un nuevo cuerpo físico, vuelven al mundo.

Otro es el camino que aguarda a los que descienden a los Mundos Infiernos. Se trata de gentes que ya cumplieron su tiempo, su ciclo de manifestación, o que fueron demasiado perversas; tales gentes involucionan indubitablemente, dentro de las entrañas de la Tierra.

El Dante Alighieri nos habla, en su "Divina Comedia", de los nueve círculos dantescos y él ve esos nueve círculos dentro del interior de la Tierra. Nuestros antepasados de Anawak, en la gran Tenochtitlan, hablan claramente del "Miktlan", es la región infernal que ellos también ubican en el interior mismo de nuestro globo terrestre.

A diferencia, pues, de algunas otras sectas o religiones, para nuestros antepasados de Anawak, como hemos visto en sus códices, el paso por el "Miktlan" es obligatorio y lo consideran, sencillamente, como un mundo de probación, donde las Almas son probadas, y si logran pasar por los nueve círculos, incuestionablemente ingresarán al "Eden", o sea, al "Paraíso Terrenal".

Para los sufíes mahometanos, el infierno no es tampoco un lugar de castigo, sino de instrucción para la Conciencia, y de purificación. Para el cristianismo, en todos los rincones del mundo, el infierno es un lugar de castigo y de penas eternas; sin embargo, el Círculo Secreto del cristianismo, la parte oculta de la religión cristiana, es diferente. En la parte oculta de cualquier movimiento cristiano, en la parte íntima o secreta, se encuentra la Gnosis. El Gnosticismo Universal ve el infierno, no como un lugar de penas eternas y sin fin, sino como un lugar de expiación, de purificación y de ilustración a su vez para la Conciencia.

Obviamente, tiene que haber dolor en los Mundos Infiernos, puesto que la vida es terriblemente densa, dentro del interior de la tierra y sobre todo en el noveno círculo, donde está el núcleo, dijéramos, concreto, de una materia terriblemente dura; allí se sufre lo indecible. En todo caso, quienes ingresan a la involución sumergida del Reino Mineral, tarde o temprano deben pasar por eso que se llama, en el Evangelio Crístico, la "Muerte Segunda".

No hemos pensado jamás en el Gnosticismo Universal, al estudiar esta cuestión del "infernus" dantesco, en que no tenga pues un límite el castigo. Consideramos que Dios, siendo eternamente justo, no podría cobrarle a nadie más de lo que debe, pues toda culpa, por grave que sea, tiene un precio; pagado su precio, nos parecería absurdo seguir pagando. Aquí mismo en nuestra justicia terrenal, que no es sino una justicia perfectamente subjetiva, vemos que si un preso entra a la cárcel por tal o cual delito, una vez que pagó su delito se le da la boleta de libertad; ni las mismas autoridades terrenales aceptarían que un preso continuara en la cárcel después de haber pagado el delito. Se han dado casos de presos que se acomodan tanto en la prisión, que llegado el día de su salida, no han querido salir; entonces ha habido que sacarlos a la fuerza.

Así pues, toda falta por muy grave que sea tiene un precio. Si los jueces terrenales saben esto, ¿cuánto más no lo sabría la Justicia Divinal? Por muy grave que haya sido el delito, o los delitos que alguien haya cometido, pues tiene su precio; pagado el precio, pues está la boleta de libertad a la orden. Si no fuera así, Dios sería entonces un gran tirano y bien sabemos nosotros que al lado de la Justicia Divina nunca falta la Misericordia. No podríamos en modo alguno calificar a Dios como "tirano"; tal proceder sería equivalente a blasfemar y a nosotros francamente, no nos gusta la blasfemia.

Así que, la "Muerte Segunda" es el límite del castigo en el infernus dantesco. Que a este infernus se le llame "Tartarus" en Grecia, o que se le llame "El Averno" en Roma, o "El Avitchi" en el Indostán, o "El Miktlan" en la antigua Tenochtitlan, importa poco. Cada país, cada religión, cada era o cada cultura, ha sabido de la existencia del infernus y le ha calificado siempre con algún nombre. Para los antiguos habitantes de la gran "Hesperie", como vemos nosotros al leer la divina "Eneida" de Virgilio, el poeta de Mantúa, el infernus es la morada de Plutón, es aquella región cavernosa donde Eneas el troyano encontrara a Dido, aquella reina que se mató por amor, enamorada del mismo, después de haber jurado lealtad a las cenizas de Siqueo.

La "Muerte Segunda", en sí misma, suele ser muy dolorosa. El Ego siente que se vuelve pedazos, los dedos se caen, y sus brazos, sus piernas. Sufre un desmayo tremendo; momentos después la Esencia, lo que hay de Alma metida dentro del Ego, asume infantil figura; entonces se torna como un Gnomo o Pigmeo, para ingresar en la evolución de los Elementales minerales.

Elementales de la Naturaleza los hay de variadas clases. Autoridad en esa materia tenemos a Franz Hartman; bastante interesante es su libro escrito -"Los Elementales", precisamente-. Tenemos a Paracelso, el gran médico Felipe Teofrasto Bombastro de Honheneim Aureola Paracelso. En todo caso, los Elementales son las Conciencias de los elementos, porque bien sabemos que los elementos -fuego, aire, agua, tierra-, no son algo meramente físico, como suponen los "ignorantes ilustrados, sino más bien, dijéramos, vehículos de Conciencias sencillas, simples, primigenias, dijéramos, en el sentido más transcendental de la palabra. Así que, los Elementales son principios concientivos de los elementos, en el sentido trascendental de la palabra, y eso es todo.

Ahora bien, continuemos con nuestra explicación. Es obvio que quienes han pasado por la "Muerte Segunda" y salen a la superficie del mundo, reinician nuevos procesos evolutivos que indubitablemente, habrán de empezar por el mineral, por la piedra, proseguirán en el vegetal, continuarán en el animal y por último tendrán acceso a la vida humana, se reconquistará el estado humano, o "humanoide" que otrora se perdiera.

Resulta interesantísimo ver a esos gnomos o pigmeos entre las rocas; parecen pequeños enanitos, con sus grandes libros y su lengua barba blanca. Obviamente, esto que nosotros decimos, que he dicho en pleno siglo veinte, pues resulta bastante extraño, porque la gente se ha vuelto ahora tan complicada, la mente se ha desviado tanto de las sencillas verdades de la Naturaleza, que es difícil que ya pueda aceptar de buena gana estas cosas. Más bien este tipo de conocimientos los aceptan las gentes simples, sencillas, aquellos que no tienen tantas complicaciones en el intelecto.

En todo caso, quiero decirles que los Elementales minerales, cuando ya ingresan en la evolución vegetal, se hacen interesantísimos. Cada planta es el cuerpo físico de un Elemental vegetal; esos Elementales de las plantas, tienen Conciencia, son inteligentes, y hay grandes esoteristas que saben manipularlos o manejarlos a voluntad. Resultan bellísimos; quienes los conocen, pueden por medio de ellos actuar sobre los elementos de la Naturaleza.

Un poco más allá de los Elementales vegetales, tenemos a los Elementales del reino animal. Indubitablemente, sólo los Elementales vegetales avanzados tienen derecho a ingresar en organismo animales y siempre se comienza la evolución, en el reino animal, por organismos simples, sencillos, pero a medida que se va evolucionando, se va también complicando la vida y llega el instante en que el Elemental animal puede tomar cuerpos orgánicos muy complejos. Posteriormente, se reconquista el estado humano que otrora se perdiera. Al llegar a este estadío, se le asignan a los Elementales, a la Esencia, a la Conciencia, al Alma -como ustedes quieran definirla o explicarla- 108 existencias nuevamente para su Auto-Realización Intima. Si durante las 108 existencias nuevas no se consigue la Auto-Realización Intima del Ser, prosigue la rueda de la vida girando y entonces se desciende nuevamente entre las entrañas del reino mineral, con el propósito de eliminar -de la Esencia- los elementos indeseables que en una u otra forma se aderieron a la psiquis, y se repite el mismo proceso.

Conclusión: la rueda gira 3.000 veces. Si en 3.000 ciclos, de 108 existencias cada uno, cada ciclo, no se auto-realizan las Esencias, toda puerta se cierra y la Esencia misma, convertida simplemente en un Elemental inocente, se sumerge entre el seno de la Gran Realidad, es decir, entre el Gran Alaya del Universo, entre el Espíritu Universal de Vida o Parabrahatman, como le denominan los indostanes, la Gran Realidad.

Esta es la vida, pues, de los que descienden al interior de la Tierra, después de la muerte. Vemos pues, que después de la desencarnación unos suben a los Mundos Superiores para unas vacaciones, otros descienden en las entrañas de la tierra y hay otros que se retornan en forma mediata o inmediata, se reincorporan, vuelven para repetir, de inmediato también, su existencia aquí, en este mundo.

Mientras uno tenga que retornar o regresar, pues tiene que repetir su propia vida. Ya vimos que la muerte es el regreso al punto de partida original; ya les expliqué también que después de la muerte, en la Eternidad, en la Luz Astral, dijéramos, tenemos que revivir la existencia que acaba de pasar. Ahora les diré que al volver, al retornar, al regresar, tenemos que repetir otra vez, en el tapete de la vida, o sobre el tapete de la existencia, toda nuestra misma vida.

P.- Venerable Maestro: Usted nos ha hablado del descenso de las Almas o Esencias al interior de la Tierra y de su posterior evolución, al salir del infernus, por los reinos mineral, vegetal y animal, hasta reconquistar el estado humano. También ha hablado de regresar esas Esencias, después de la muerte. ¿En cual de los dos casos se refiere usted a la Doctrina de la Transmigración de las Almas?

R.- Bueno, en el primer caso mencioné únicamente la ley de la Transmigración de las Almas y aquéllas -Almas- que cumplían el ciclo de las 108 existencias, que les tocaba descender entre las entrañas del mundo y que posteriormente, muerto el Ego, volverían a evolucionar desde el mineral hasta el hombre. Esa es la Doctrina de la Transmigración de las Almas.

Ahora estoy hablando de la Doctrina del Eterno Retorno de todas las cosas, junto con esa otra Ley que se llama la "Doctrina de la Recurrencia". Si uno, en vez de descender entre las entrañas del mundo, retorna en forma mediata o inmediata, aquí, al mundo, es obvio que tendrá que repetirse, sobre el tapete de la existencia, sobre el tapete del mundo, su misma vida, la vida que finalizó.

Ustedes me dirán que eso es demasiado aburridor. Todos estamos aquí, repitiendo lo que hicimos en la pasada existencia, en el pasado retorno. ¡Claro que sí es tremenda aburridor! Pero los culpables somos nosotros mismos, porque como ya les he dicho, un hombre es lo que es su vida; si nosotros no modificamos la vida, tendremos que estarla repitiendo incesantemente.

Desencarnamos y volvemos a tomar cuerpo físico, ¿Para qué? Para repetir lo mismo. Y volvemos a desencarnar para volver a tomar cuerpo y repetir lo mismo, y llega el día en que tenemos que irnos "con nuestra música a otra parte", tenemos que descender entre las entrañas del mundo, hasta la "Muerte Segunda". Pero uno puede evitar estas repeticiones; estas repeticiones es lo que se conoce como la "Ley de Recurrencia": todo vuelve a ocurrir, tal como sucedió. Pero ¿por qué? dirán ustedes, ¿por qué tiene que repetirse lo mismo? Bueno, esto merece una explicación.

Ante todo quiero que sepan que el "yo" no es algo meramente autónomo o auto-consciente, o dijéramos muy individual. Ciertamente, el "yo" es una suma de "yoes". La psicología común y corriente, la psicología oficial, piensa en el "yo" como una totalidad; nosotros pensamos en el "yo" como una suma de "yoes", porque uno es el "yo" de la Ira, otro es el "yo" de la Codicia, otro es el "yo" de la Lujuria, otro es el "yo" de la Envidia, otro es el "yo" de la Pereza, otro es el "yo" de la Gula; son distintos "yoes", no hay un solo "yo", sino varios "yoes" dentro de nuestro organismo.

Es obvio que la pluralidad del "yo" le sirve de fundamento, pues, a la "Doctrina de los muchos", tal como se enseña en el Tíbet Oriental. En apoyo de la "Doctrina de los muchos", está el Gran Kabir Jesús. Dicen que él sacó del cuerpo de María Magdalena siete demonios; no hay duda que se trata de los "siete pecados capitales": Ira, Codicia, Lujuria, Envidia, Orgullo, Pereza, Gula. Cada uno de esos siete es cabeza de legión y como ya les dije, aunque tuviéramos mil lenguas para hablar y paladar de acero, no alcanzaríamos a enumerar todos nuestros defectos cabalmente.

Cada defecto es un "yo" en sí mismo; así que tenemos muchos "yoes-defectos". Si calificamos de "demonios" a tales "yoes-defectos", pues no estamos equivocados.

En el Evangelio Crístico, se le pregunta al poseso por su nombre verdadero y contesta: "¡Soy legión, mi verdadero nombre es legión!" Así cada uno de nosotros, en el fondo, es legión y cada "yo-demonio" de la legión quiere controlar el cerebro, quiere controlar los cinco centros principales de la máquina orgánica, quiere descollar, subir, trepar al tope de la escalera, hacerse sentir, etc.

Cada "yo-demonio" es como una persona dentro de nuestro cuerpo; si decimos que dentro de nuestra personalidad viven muchas personas, no estamos equivocados; en verdad, así es.

Así que, la repetición mecánica de los diversos eventos de nuestra pasada existencia, se debe ciertamente a la multiplicidad del "yo". Vamos a situar casos concretos: supongamos que en una pasada existencia, a la edad de 30 años, nos peleamos con otro sujeto en la cantina -caso común de la vida-. Obviamente, el "yo-defecto" de la Ira fue el personaje principal de la escena. Después de la muerte, ese "yo-defecto" continúa en la Eternidad y en la nueva existencia, ese "yo-defecto" permanece en el fondo de nuestra subconsciencia, aguardando que llegue la edad de los 30 años para volver a una cantina; en su interior hay resentimiento y desea encontrar al sujeto de aquel evento. A su vez, el otro sujeto, el que tomó parte del evento aquel trágico, "cantinero", también tiene su "yo" -el "yo" que quiere vengarse, que permanece en el fondo del subconsciente, aguardando el instante ese de entrar en actividad-.

Conclusión, llegada la edad de los 30 años, el "yo" del sujeto, el "yo-ira", el "yo" que formó parte de aquel evento trágico, metido en el subconsciente dice: "Tengo que encontrarme con aquel hombre". A su vez, él dice: "Yo tengo que encontrarme con ese". Y telepáticamente ambos se ponen de acuerdo, y al fin se dan telepáticamente cita en alguna cantina, se encuentran físicamente, personalmente, en la nueva existencia, y repiten la escena, tal como sucedió en la pasada existencia.

Todo esto se ha hecho a espaldas de nuestro intelecto, por debajo de nuestro intelecto, está por debajo de nuestro razonamiento. Sencillamente hemos sido arrastrados a una tragedia, hemos sido arrastrados a la tragedia, hemos sido llevados, inconscientemente, a repetir lo mismo.

Ahora tengamos el caso de que alguien, a la edad de 30 años, en su pasada existencia tuvo una aventura amorosa un hombre que tuvo una aventura con una dama. El "yo" aquel de la aventura continúa vivo después de la aventura, y después de la muerte continúa vivo en la Eternidad. Al regresar, al reincorporarnos en un nuevo organismo, aquel "yo" de la aventura sigue vivo, aguarda en el fondo del subconsciente, en los repliegues más bien inconscientes de la vida de la psiquis. En momento de entrar en una nueva actividad, y al llegar a la edad de la aventura pasada, es decir a los 30 años, dice: "bueno, ahora sí es el momento, ahora voy a salir a buscar la dama de mis ensueños". A su vez, el "yo" de la dama de sus ensueños, el de la aventura, dice lo mismo: "este es el instante, voy a buscar a aquel caballero". Y por debajo de la razón, los dos "yoes" se las arreglan telepáticamente, ambos se hacen la cita y arrastran cada uno la personalidad, todo eso a espaldas de la inteligencia, todo a espaldas del misnisterio de la intelectualidad, viene el encuentro y se repite la aventura.

Así que nosotros en verdad, aunque parezca increíble, no hacemos nada, todo nos sucede, como cuando llueve, como cuando truena.

Un pleito que uno haya tenido por bienes terrenales, digamos, por nada casi, el "yo" de aquel pleito, después de la muerte sigue vivo y en la nueva existencia sigue vivo, está escondido en los repliegues de la mente, aguardando el instante de entrar en actividad. Si aquel pleito fue a la edad de 50 años, aguarda a que lleguen los 50 años y a la edad de 50 años dirá: "este es mi momento" y seguro que aquel con quien tuvo el pleito dirá también que "es el momento", y se reencuentran para otro pleito similar y repiten la escena. Entonces, nosotros realmente ni siquiera tenemos un libre albedrío, todo nos sucede, repito, como cuando llueve o como cuando truena.

Hay un pequeño margen de libre albedrío, es muy poco. Imagínense ustedes, por un momento, un violín metido en dentro de un estuche: hay un margen muy mínimo para ese violín. Así es también nuestro libre albedrío: es casi nulo, lo que hay es un pequeño margen, imperceptible, que si lo sabemos aprovechar, puede suceder entonces que nos transformemos radicalmente y nos liberemos de la Ley de Recurrencia; pero hay que saberlo aprovechar.

¿Cómo? En la vida práctica tenemos que volvernos nosotros un poquito más auto-observadores. Cuando uno acepta que tiene una psicología, comienza a observarse a sí mismo y cuando alguien comienza a observarse a sí mismo, comienza también a volverse diferente a todo el mundo.

Es en la calle, es en la casa, es en el trabajo donde nuestros defectos, esos defectos que llevamos escondidos afloran espontáneamente, y si estamos alertas y vigilantes, como el vigía en época de guerra, entonces los vemos. Defecto descubierto, debe ser enjuiciado a través del análisis, de la reflexión y de la meditación íntima del Ser con el objeto de comprenderlo. Cuando uno comprende a tal o cual "yo-defecto", entonces está debidamente preparado para desintegrarlo atómicamente.

¿Es posible desintegrarlo? Sí es posible, pero necesitamos de un poder que sea superior a la mente, porque la mente por sí misma no puede alterar, fundamentalmente, ningún defecto psicológico. Puede rotularlo con distintos nombres, puede pasarlo de un nivel a otro del entendimiento, puede ocultarlo de sí misma o de los demás, puede justificarlo o condenarlo etc., pero jamás alterarlo radicalmente. Necesitamos de un poder que sea superior a la mente, un poder que pueda desintegrar cualquier "yo-defecto"; ese poder está latente en el fondo de nuestra psiquis, sólo es cuestión de conocerlo para aprenderlo a usar. A tal poder en oriente, en la India, se le denomina "Devi Kundalini", "la Serpiente Ignea de nuestros mágicos poderes". En la gran Tenochtitlan, se la denominaba "Tonantzin"; entre los alquimistas medievales recibe el nombre de "Stella Maris", la "Virgen del Mar"; entre los hebreos tal poder recibía el nombre el nombre de "Adonia"; entre los Cretenses se le conocía con el nombre de "Cibeles"; entre los egipcios era "Isis, la Madre Divina, a quien ningún mortal ha levantado el velo"; entre los cristianos es María, Maya, es decir, Dios Madre.

Hemos pensado nosotros muchas veces en Dios como Padre, pero bien vale la pena pensar en Dios como Madre, como Amor, como Misericordia. Dios Madre habita en el fondo de nuestra psiquis, es decir, está en el Ser. Podría decirles que Dios Madre es una parte de nuestro propio Ser, pero derivado.

Distíngase entre el Ser y el "yo". El Ser y el "yo" son incompatibles, son como el agua y el aceite, que no pueden mezclarse. El Ser es el Ser y la razón de ser del Ser, es el mismo Ser. El Ser es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será; es la vida que palpita en cada átomo, como palpita en cada Sol.

Así pues, Dios Madre es una variante de nuestro propio Ser, pero derivado. Esto significa que cada cual, o significa de hecho que cada cual tiene su Madre Divina particular, individual. Kundalini, le dicen los indostanes, estoy de acuerdo con este término. Considero que nosotros podemos encontrar a la Divina Madre Kundalini en meditación profunda, y suplicarle entonces que desintegre aquel "yo-defecto" que hemos comprendido perfectamente, a través de la meditación. Las Divina Madre Kundalini procederá y lo desintegrará, lo reducirá a polvareda cósmica. Al desintegrar un defecto, libera esencia anímica, pues dentro de cada "yo-defecto" hay cierto porcentaje de esencia anímica embotellada. Pero si se desintegra un defecto, se libera esencia anímica; si se desintegran dos defectos, pues de libera más esencia anímica, y si se desintegran todos los defectos psicológicos que cargamos en nuestro interior, entonces liberamos totalmente la Conciencia.

Una Conciencia liberada es una Conciencia que despierta. Una Conciencia despierta, es una Conciencia que podrá ver oír, tocar y palpar los grandes Misterios de la Vida y de la Muerte; es una Conciencia que podrá experimentar por misma y en forma directa, eso que es lo Real, eso que es la Verdad, eso que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente.

Cuando a Jesús el gran Kabir, Pilatos le preguntara cuál es la Verdad, guardó silencio, y cuando al Budha Gautama Sakyamuni, el príncipe Sidharta, le hicieron la misma pregunta, dio la espalda y se retiró. La Verdad es lo desconocido de momento en momento, de instante en instante; sólo con la muerte del Ego, adviene a nosotros eso que es la Verdad.

La Verdad hay que experimentarla, como cuando uno mete el dedo en la lumbre y se quema. Una teoría, por muy bella que sea, con respecto a la Verdad no es la Verdad; una teoría, digo, o una opinión, por muy venerable o respetable que sea, con relación a la Verdad tampoco es la Verdad. Cualquier idea que tengamos, con respecto a la Verdad no es la Verdad, aunque la idea sea muy luminosa. Cualquier tesis que nosotros podamos plantear sobre la Verdad, tampoco es la Verdad. La Verdad hay que experimentarla, repito, como cuando uno mete el dedo en la lumbre y se quema. Esta más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente, y la Verdad sólo puede ser experimentada en ausencia del "yo psicológico"; sin haber disuelto el "yo", no es posible la experiencia de lo Real. El intelecto, por muy brillante que sea, por muy hermosas teorías que posea, no es la Verdad. Como dijera Goethe, el creador del "Fausto": "toda teoría es gris y sólo es verde el árbol de dorados frutos que es la vida".

Así que nosotros necesitamos desintegrar el Ego de la psicología para liberar la Conciencia; sólo así podremos llegar a experimentar la Verdad.

Jesús el Cristo dijo: "Conoced la Verdad y ella os hará libres". Nosotros necesitamos experimentarla directamente. Cuando alguien consigue de verdad destruir el Ego, se libera de la Ley de Recurrencia, hace de su vida una obra maestra, se convierte en un genio, en un iluminado, en el sentido más completo de la palabra. Cuando alguien libera su Conciencia, obviamente conoce la Verdad. Hay que liberarla, y no es posible liberarla si no se disuelve el "yo" de la psicología.

Quienes alaban al "yo", son ególatras por naturaleza y por instinto. Al "yo" lo alaban los mitómanos porque son mitómanos; al "yo" lo alaban los paranoicos, porque son paranoicos y los ególatras porque son ególatras.

La vida, sobre la faz de la Tierra, sería distinta si nosotros disolviéramos el Ego, el "yo"; entonces la Conciencia de cada uno despierta, iluminada, irradiaría amor y habría paz sobre la faz de la Tierra.

La paz no es cuestión de propagandas, ni de apaciguamientos, ni de ejércitos, ni de "O.E.A.S.", ni de "ONUS", ni nada por el estilo; la paz es una substancia que emana del Ser, que viene de entre las entrañas mismas del Absoluto. No puede haber paz sobre la faz del mundo, no podrá haber verdadera tranquilidad en todos los rincones de la Tierra, en tanto los factores que producen guerras existan en el interior de nosotros. Es claro que mientras dentro de cada uno de nos haya discordia, en el mundo habrá discordia.

La masa no es más que una extensión del individuo; lo que es el individuo, es la masa y lo que es la masa exterior, es el mundo. Si el individuo se transforma, si el individuo elimina de sí mismo los elementos del odio, del egoísmo, de la violencia, de la discordia, etc., es decir, si consigue destruir el Ego para que su Conciencia quede libre, sólo habrá en él eso que se llama "Amor". Si cada individuo de los que pueblan la faz de la Tierra disolviera el Ego, las masas serían masas de Amor, no habrían guerras, no habrían odios; pero no podrá en verdad haber paz en el mundo, mientras exista el Ego.

Algunos afirman que desde el año 2.001 ó 2.007 en adelante, vendrá la era de la fraternidad, del amor y la paz. Pero yo, pensando aquí en voz alta, me pregunto a mí mismo, y hasta les pregunto a ustedes: ¿de dónde van a sacar esa era de fraternidad, de amor y de paz entre "los hombres de buena voluntad"? ¿Creen ustedes acaso que el Ego de la psicología con sus odios, con sus rencores, con sus envidias, con sus ambiciones, con sus lujurias, etc., puede crear una edad de amor, de felicidad, etc., etc.? ¿Podría acaso darse ese asunto? ¡Obviamente que no!

Si queremos de verdad la paz en el mundo, pues tenemos que morir en sí mismos, tiene que destruirse en nosotros lo que tenemos de inhumanos: el odio que cargamos, las envidias, los celos espantosos, esa ira que nos hace tan abominables, esa fornicación que nos hace tan bestiales, etc. Más en tanto continúen existiendo tales factores dentro de nuestra psiquis, el mundo no podrá ser diferente; antes bien, se volverá peor, porque a través del tiempo el Ego se irá volviendo cada vez más poderoso, más fuerte, y conforme el Ego se manifieste con más violencia, el mundo se irá haciendo cada vez más tenebroso. Y al paso que vamos, si no trabajamos sobre sí mismos, llegará un día en que ya ni siquiera podremos existir, porque unos a otros nos destruiremos violentamente.

Si continuara robusteciéndose el Ego indefinidamente, así como vamos, llegará el momento en que nadie podrá tener seguridad de su vida ni de su hogar. En un mundo donde la violencia ha llegado al máximo, ya nadie tiene seguridad de su propia existencia.

Así, creo firmemente que la solución de todos los problemas del mundo está, precisamente, en la disolución del "yo".

Hasta aquí mis palabras...

 

 

LA RUEDA DE SAMSARA   La rueda del saṃsāra, o simplemente, samsara, se refiere al concepto de reencarnación en las tradiciones filosóficas de la India (como el hinduismo, el budismo y el jainismo). S…

LA RUEDA DE SAMSARA

 

La rueda del saṃsāra, o simplemente, samsara, se refiere al concepto de reencarnación en las tradiciones filosóficas de la India (como el hinduismo, el budismo y el jainismo). Se corresponde con el sufrimiento, propio d

el mundo material, del que los seres humanos son los únicos seres reencarnados capaces de distanciarse, mediante la liberación, y, posteriormente, de separarse, mediante la iluminación o nirvana. El tiempo necesario para escapar del samsara depende de la dedicación a las prácticas espirituales y del karma acumulado desde vidas anteriores.


Contenido

1 Etimología
2 Ciclo de nacimientos y muertes
3 El saṃsāra en el hinduismo 
3.1 Liberación del saṃsāra
4 El saṃsāra en el jainismo
5 El saṃsāra en el budismo 
5.1 Skandha
6 Véase también

Etimología 

Saṃsāra deriva del sánscrito ''saṃsārí, que significa 'fluir junto', 'pasar a través de diferentes estados', 'vagabundear'. La persona sujeta al saṃsāra se llama saṃsāri.
Ciclo de nacimientos y muertes 

En la mayoría de los dársanas (las tradiciones filosóficas de la India), incluidos los hindúes astika (ortodoxos) y los nastika (heterodoxos) budistas y los sistemas de los jainas, el ciclo interminable de nacimiento, muerte y re-nacimiento se asume como un hecho irrefutable de la naturaleza.

Sin embargo esos sistemas difieren en la terminología con la que describen el proceso y la metafísica que usan para interpretarlo. La mayoría de esas creencias, en sus formas más evolucionadas, consideran el saṃsāra negativamente, como una posición errónea de la que hay que escapar. Algunos, como los adweitis, consideran que el mundo y la participación en el saṃsāra es fundamentalmente ilusorio.
El saṃsāra en el hinduismo 

En el hinduismo impersonalista, el saṃsāra es visto como mera ignorancia de la verdadera naturaleza del ser: no hay diferencia entre el alma (el yo) y Brahman (lo divino). Debido a avidya ('ignorancia', lo contrario de vidya) el alma cree en la realidad del mundo temporal y fenoménico, lo que lleva a la confusión de creer que el cuerpo es el yo. Ese estado de ilusión es conocido como māyā.

Según el hinduismo personalista el saṃsāra es generado por el deseo del alma de disfrutar aparte de Dios y sus allegados.
Liberación del saṃsāra 

El hinduismo tiene varios términos para referirse al estado de liberación de la materia, como mokṣa, mukti, nirvana, samādhi o mahasamadhi.

Las tradiciones de yoga sostienen creencias diferentes. Mokṣa o liberación se puede alcanzar mediante:
el karma ioga o el sendero de la acción altruista, que subvierte el ego y obliga a la comprensión de la unidad de todo.
el gñāna ioga (o yoga del conocimiento) mediante la discriminación entre lo que es real y lo que es maia, por medio de una intensa contemplación y del estudio de las Escrituras védicas.
el rāja yoga (meditación psicofísica) parte del cual implica la práctica del hatha yoga.
el bhakti yoga o sendero de la devoción a Dios.
El saṃsāra en el jainismo 

En el jainismo, karma, anuva (ego) y el velo de māiā son considerados puntos centrales de sus creencias.

En el jainismo, la liberación del saṃsāra se llama mokṣa o mukti.
El saṃsāra en el budismo 
Véase también: Seis Reinos de Existencia
Véase también: Diez mundos
Skandha 

Los budistas utilizan el término saṃsāra para referirse a uno de los siete skandhas ('estratos', 'capítulos') que forman la personalidad humana.


SKANDHA O SKHANDA

Teosofía: definiciones usadas en teosofía, su interpretación del sánscrito y de las religiones de la India. La presente definición debe ser entendida en este contexto por la particular orientación que la teosofía le da.

(Sánscrito). Literalmente: “haces” o grupo de atributos; toda cosa finita, inaplicable a lo eterno y a lo absoluto.

En todo ser humano viviente hay cinco –esotéricamente siete- atributos conocidos con el nombre de Pañcha Skandhas, y son: 1) forma (rûpa); 2) percepción (vidâna); 3) conciencia (sañjñâ); 4) acción (sanskâra), y 5) conocimiento (vidyâna).

Estos skandhas se juntan al nacimiento del hombre y constituyen su personalidad.

Después de la madurez de tales atributos, éstos empiezan a separarse y debilitarse, lo cual va seguido del jarâmarana, esto es, la decrepitud y la muerte.

[Skandhas son los atributos cuyo agregado constituye la personalidad, esto es: los atributos de cada personalidad, que después de la muerte forman la base, por decirlo así, para una nueva reencarnación kármica.

Los Skandhas son los gérmenes de vida en todos los siete planos del ser y constituyen la totalidad del hombre subjetivo y objetivo.

Cada vibración que producimos es un Skandha.

Los Skandhas están íntimamente unidos a las pinturas de la Luz astral, que es el medio ambiente de las impresiones, y los Skandhas, o vibraciones, relacionadas con el hombre subjetivo u objetivo, son los vínculos que atraen el Ego que se reencarna, los gérmenes dejados atrás cuando este Ego entra en el Devachan y que han de ser recogidos otra vez y agotados por una nueva personalidad.

Un cambio mental, o un vislumbre de la verdad espiritual, puede hacer convertir repentinamente un hombre a la verdad, hasta en la misma hora de su muerte, creando así buenos skandhas para la próxima vida.

Los últimos actos o pensamientos del hombre producen un efecto enorme sobre su vida futura, pero aun tendría que sufrir por sus culpas, y ésta es la base de la idea de un arrepentimiento de última hora.

Pero los efectos kármicos de la vida pasada deben continuar, porque el hombre, en su nuevo nacimiento, ha de recoger las impresiones vibratorias dejadas en la Luz astral.

Los Skandhas son kármicos y no kármicos.

Pueden producir Elementales por un kriyâzakti inconsciente.

Cada Elemental lanzado por el hombre ha de volver a él tarde o temprano, puesto que es su propia vibración.

Los Elementales son pensamientos encarnados, buenos o malos; permanecen cristalizados en la Luz astral y son atraídos de nuevo a la vida cuando el que los originó vuelve a la vida terrestre.

 

 

La huella de un gigante en Mpuluzi

La huella de un gigante en Mpuluzi

Los geólogos se han maravillado ante esta pisada gigantesca, de 120 centímetros de largo, grabada en granito. Este es un lugar sumamente sagrado, místico, y espiritual para aquellos que preservan el cono

Cimiento africano. Se le conoce cariñosamente como la ‘Huella de Dios’.
La roca sobre la que está grabada la huella es de granito y se encuentra en Sudáfrica, en los alrededores del pueblo de Mpuluzi, cerca de la frontera con Suazilandia.
La gigantesca huella lítica no fue descubierta por Michael Tellinger, quien sólo la ha rescatado del olvido. El granjero sudafricano Stoffel Coetzee la descubrió en 1912, cuando se encontraba de cacería cerca al pueblo de Mpaluzi.
En ese tiempo (1912), la región dónde se encuentra la huella era conocida como el Transvaal del Este. Una zona muy aislada con mucha vida salvaje, que incluía antílopes, leones y ñues. La huella no se ha deteriorado demasiado desde la época en la que fue descubierta. La posibilidad de que esta huella sea un engaño es muy reducida debido a su alejada ubicación. El patrón que presenta la erosión dentro de la huella es muy similar al que encontramos alrededor de la misma. Es difícil imaginarse que alguien, hace miles de años, decidió esculpir una huella gigante en una piedra, precisamente en este lugar tan aislado, que inclusive en la actualidad es difícil de encontrar.


Tratando de creer en la apasionante idea de que la huella fue creada por la pisada de un gigante, me pregunto ¿Cómo sucedió? ¿Cómo es posible que el gigante haya logrado “derretir” el granito para poder dejar grabada su pisada?
Quizás, hace miles de años, la fuerza erosiva del agua creó una forma similar a la de una huella, solo el contorno. Luego, un grupo de hombres decidió usar sus herramientas primitivas para mejorarla. Crearon las divisiones de los dedos y otros detalles para que pareciera la huella de un pie. ¿Por qué? la respuesta es esquiva pues la mente del hombre neolítico es un misterio tan grande como la huella misma.
El reconocido investigador austríaco Klaus Dona, famoso por sostener que una raza de gigantes habitó en la Tierra hace miles de años, visitó la huella junto con Michael Tellinger en Enero del 2012. Aquí un fragmento de la transcripción del video de su visita:
“Es espectacular, vi varias fotos antes de venir. Otros científicos la han revisado, como el profesor James O… (El video no permite entender el apellido completo). El revisó esta huella muy cuidadosamente y sostiene, me lo contó, que la huella no fue hecha artificialmente, que esta es la huella verdadera de un humano. El tamaño de la huella es de 120 centímetros, y el gigante que la creó tendría aproximadamente siete metros y medio de estatura. Esto se conecta con los huesos encontrados en Ecuador que pertenecen a gigantes que habrían tenido la misma estatura: siete metros y medio. La huella parece haber sido hecha por alguien que pisó en lodo suave por el montículo que se aprecia arriba de los dedos .Deberían traer a un geólogo profesional y un doctor profesional. El doctor para que revise la forma de la huella, porque lo único que me hace dudar, siempre tengo que ser escéptico, es que de esta parte a esta otra la diferencia es muy grande. Normalmente, esa curva es menos pronunciada.”


Por ahora, la huella gigante ha sido analizada por el profesor Pieter Wagener de la Universidad Nelson Mandela de Port Elizabeth, quién sostiene que “es más probable que un grupo de alienígenas verdes y pequeños venidos del espacio hayan creado la huella lamiendo la piedra, a que la huella haya sido creada por erosión natural.”
Michael Tellinger nos entrega algunos detalles sobre la antigüedad de la piedra:
“El verdadero misterio es como ocurrió este fenómeno. No tengo evidencias pero sí tengo varias teorías e ideas sobre cómo pudo ocurrir. La huella está ahí y no podemos hacer que desaparezca, es de granito. El granito es una parte importante de la geología de Sudáfrica y está registrado en todos los mapas geológicos. En la geología oficial de Sudáfrica, la piedra donde se encuentra la huella está clasificada como una Mpuluzi Batholith. Se estima que la piedra podría tener una antigüedad entre 200 millones y 3 billones de años. Esto por nuestro conocimiento actual de la formación del granito en la historia de la Tierra.”

 

La Clarividencia y El Tercer Ojo EL TERCER OJO

La Clarividencia y El Tercer Ojo 
EL TERCER OJO


El tercer ojo no es una glándula endócrina, aunque está relacionado con las glándulas Pineal y Pituitaria. Se trata en realidad de un órgano que surge con el desarrollo espiritual de la Personalidad integrada, y se deriva de la superposición e interrelación de los tres chacras superiores.

El tercer ojo, llamado también ojo de la visión etérea simbolizado en el cuerpo del unicornio (su cuerpo representa el cuerpo astral), es a veces activado por el delirium tremens de los alcohólicos, permitiéndoles ver los seres del bajo astral, y también se suele activar en niños menores de 7 años que a veces hablan de duendes y hadas.
Para que el tercer ojo funcione y produzca la clarividencia, los tres chacras superiores deben estar energizados con una energía espiritual de naturaleza triple, que fluye al aura desde el alma humana; y estas energías vienen de tres planos espirituales denominados Atma, Buddhi y Manas, y energetizan las glándulas Pineal, Pituitaria y Tiroide.

LA APERTURA DEL TERCER OJO

Abrir el tercer ojo es algo complicado, pues los componentes del tercer ojo son los mismos materiales con los cuales debemos buscarlo.
Este vórtice de energía positiva produce tanto la entrada como la salida de energía, y para poder activarlo es necesario realizar simultáneamente cinco procesos:

un cambio en la personalidad
construir el Antakarana
dirigir todas las energías hacia los tres chacras superiores
reconstruir el aura
encauzarse cada vez más en el desarrollo espiritual, a medida que se desarrolla el tercer ojo

La personalidad se compone de los tres vehículos que la integran y que son: el cuerpo mental, el cuerpo astral y el cuerpo físico; mientras que el alma se compone del cuerpo átmico, el cuerpo manásico y el cuerpo búdico.

El secreto del tercer ojo consiste en saber atraer hacia el aura elementos tomados de Atma, Buddhi y Manas para formar el Antakarana que lo comunicará con Atma, Buddhi y Manas, ya que de ésta sustancia estan compuestos tanto el Antakarana como el tercer ojo. Esto se logra a través de la meditación, y el servicio a la humanidad.

Cuando se activa el chacra del corazón este proyecta su energía hacia el entrecejo que es donde se encuentra el tercer ojo, y para desarrollar el chakra del corazón se puede meditar sobre las enseñanzas de Cristo, Buda, Krishna, Sai Baba o quien sea su Maestro y Ser Superior.

Para aumentar y mantener esta corriente de energía, se debe aprender a practicar las cualidades del alma, ya que cada vez que manifestamos Atma, Buddhi o Manas en nuestra vida cotidiana, se integra material de dichos planos en nuestra envoltura etérea.

Todo ojo necesita una lente para poder definir las imágenes, el tercer ojo también, por lo cual en el aura de adelante de la frente, se debe formar su lente, y por esto sabemos que el empleo de bolas de cristal proporciona un punto focal para la acumulación de materiales en el aura, lo cual favorece la visión psíquica.

LA CLARIVIDENCIA

Es muy difícil tratar el fenómeno de la clarividencia sin hacer referencia al plano astral, porque ha dicho plano pertenece.

Como también es muy difícil explicar el plano astral prescindiendo de la idea de la reencarnación.

Se puede decir que el plano astral comprende todos los planos superiores al físico e inferiores al espiritual. Donde un plano es más bien un estado de consciencia que un sitio o lugar, por lo que diferentes estados de consciencia pueden residir en el mismo lugar.

En el plano astral es donde funcionan los cuerpos astrales encarnados de quienes han desarrollado el arte del Viaje Astral:http://www.drbonomi.com/temas/tema17.php

Tal como sucede en la tierra, todos los planos astrales poseen protectores espirituales procedentes de los planos superiores, que son almas devotas que prefieren pasar su tiempo ayudando a los demás en vez de gozar de su merecido descanso.

Luego de la muerte física, cada alma despierta en el plano correspondiente a la índole de sus más nobles anhelos, rodeada de almas semejantes, y desde aquí puede desarrollarse dando pasos adelante de su última encarnación. Aunque igual que sucede en la tierra, muchos sucumben a los goces groseros de los planos astrales inferiores, en cuyo caso su alma no se beneficia de la estadía en el plano astral, y renace en el mismo estado del cual partió.

Los planos astrales inferiores, están llenos de almas groseras incultas y bestiales, que viven casi como en la tierra, hasta que llegan a anhelar algo superior que lograrán en un nuevo renacer.

Estas almas son las que están más cerca del plano físico, y pugnan por estar tan cerca cómo les sea posible, llegando a aglomerarse cerca de los lugares que frecuentaban en su grosera vida, apoderándose a menudo del pensamiento de gente de su baja laya, a la cual le infunden sus deseos para gozar con ellos.

Salvo las almas muy superiores que comprenden conscientemente todo esto, las demás están más o menos conscientes de los planos inferiores, pero en total ignorancia de los planos superiores y del significado de su existencia, llegando a creer tal como sucede en la tierra, que la suya es la verdadera realidad.

Al ser la clarividencia una facultad que se desarrolla, puede presentarse en diferentes individuos con diferente grado de poder, y podemos decir que en un clarividente se distinguen tres clases de clarividencia:
La clarividencia simple
La clarividencia en el espacio
La clarividencia en el tiempo

LA CLARIVIDENCIA SIMPLE

Es aquella en la cual el clarividente percibe el aura de las otras personas, o la facultad de percibir impresiones astrales desde un punto cercano.

Aquí el vidente percibe solo las vibraciones mentales y emocionales de otras personas, pero no ve sucesos de ningún tipo, pudiendo llegar a percibir el aura de vegetales y animales, sus deseos y emociones.

Quien posee la clarividencia simple puede ver literalmente a través de las personas y las paredes, puede leer las cartas cerradas, puede descubrir minerales en la tierra, y percibir el aura de quienes se ponen en contacto astral con él, pudiendo descubrir en el doble etéreo la índole y localización de sus enfermedades, en el cuerpo astral los sentimientos y deseos, y en el cuerpo mental los pensamientos del individuo.

LA CLARIVIDENCIA EN EL ESPACIO

Consiste en la visión de cosas lejanas, situadas fuera del campo de visión ordinaria.

Una forma extraña de clarividencia en el espacio es aquella en la cual una persona se hace presente a otra despertando sus sentidos astrales, para que la pueda ver en forma espectral como si estuviera presente.

Los clarividentes expertos siempre asumen un estado meditativo con frecuencias cerebrales profundas, para que sus sentidos astrales funcionen más eficientemente, ya que cuando las facultades físicas se encuentran estimuladas, las otras facultades no pueden manifestarse.

LA CLARIVIDENCIA EN EL TIEMPO

Se divide a su vez en dos:

La clarividencia del pasado

La clarividencia del futuro

LA CLARIVIDENCIA DEL PASADO

También se la conoce como retro cognición, y es una facultad frecuente en los ocultistas adelantados, y compartida también por muchos psíquicos ordinarios que no se dan cuenta cabal de su poder.

Por supuesto que no es posible percibir ni siquiera clarividentemente algo que ha dejado de existir, pero lo cierto es que nada de lo que sucede deja de existir por completo sino que pasa a otro estado de la existencia.

La clarividencia del pasado es posible porque nada perece, y en los planos superiores de la materia quedan imperecederamente registrados todas las escenas y pensamientos que han ocurrido. Estos registros akáshicos no se encuentran en el plano astral, sino en el plano causal.

Los registros akáshicos son el equivalente de lo que los cristianos conocen como El Libro de la Vida, en el cual se encuentran indeleblemente grabados todos los sucesos correspondientes al presente ciclo de evolución humana.

LA CLARIVIDENCIA DEL FUTURO o PRECOGNICION

A esta clase pertenecen todos los casos de profecía. La historia sagrada está llena de estos ejemplos, que no tienen nada de sobrenatural.

En algunos casos de supuesta clarividencia del futuro, lo que realmente sucede es que el subconsciente infiere que tales o cuales sucesos han de suceder, si no surgen circunstancias imprevistas. (Es de destacar que un clarividente tiene más fácil acceso al subconsciente que las personas comunes).

Los presentimientos o corazonadas, son pues formas rudimentarias de clarividencia del futuro.

Debe tenerse en cuenta que cada suceso a acontecer en el futuro, es consecuencia de otros que se produjeron en el pasado, por lo cual han de suceder, salvo que interfieran nuevos sucesos que determinen nuevos resultados.

Cuando se es capaz de transportar la consciencia a planos superiores, desde allí resulta mucho más sencillo ver las consecuencias de las acciones del presente, hasta el punto de poder ver el efecto que una palabra pronunciada al azar tendrá no solo en la persona hacia la cual va dirigida, sino también sobre otras personas por medio de las vibraciones, hasta influir en la comunidad toda.

Para poder considerar que existen formas superiores de clarividencia, debemos partir de aceptar que la idea del tiempo es solo una forma de convención social, y que los sucesos están siempre presentes, siendo nosotros los que llegamos hasta ellos, y no ellos los que llegan hasta nosotros. De la misma forma en que el paisaje está siempre en el mismo lugar, mientras al viajero del tren le parece que se mueven.

La clarividencia del futuro puede manifestarse por estados de meditación, psicometría o hialoscopía, y se desarrolla con la práctica, cuando prima la intención de convertirnos en un elemento beneficioso para el mundo. Si a tú te interesa desarrollar esta facultad, puedes llegar a hacerlo con el CD de Clarividencia: http://www.drbonomi.com/temas/tema35.php


Escrito por el Dr. Roberto A. Bonomi

. SOBRE EL NOMBRE OCULTO O TETRAGRÁMMATON

1. SOBRE EL NOMBRE OCULTO O TETRAGRÁMMATON A los Símbolos debemos agradecer la comprensión y la pervivencia de las Enseñanzas de la Masonería. Cada uno de ellos es una pista que compendia datos cuyo sentido se preocupa en investigar el Masón inquieto. Del Símbolo y de la penetración en su Misterio se extrae el Conocimiento, el cual procesado a través de la Observación, la Experiencia y el Discernimiento, modela la Sabiduría del Iniciado. El “minimum” que cada Hermano obtiene de su pasaje por cada uno de los Grados a los que se ha hecho digno pasaría pues, por el estudio y la comprensión previos de los Símbolos más importantes o Claves de las diferentes etapas que le toca vivir en la Obediencia. En nuestro entender, aunque todos son importantes, los Emblemas más destacados de los tres primeros Grados son la Unión de la Escuadra y el Compás para el Primer Grado, la Estrella Flamígera con la letra “G” en su centro para el Segundo y la Acacia para el Tercer Grado. Si se los analiza bien se apreciará que todos significan y conducen a lo mismo, sólo que expresan las mismas ideas a través de diferentes representaciones y perspectivas, aumentando en profundidad a medida que se asciende en la Escala Masónica. Todos estos Símbolos nos conducen hacia lo mismo a manera de Pistas, para encontrar a nuestro Gran Misterio, Gran Símbolo o “Símbolo de Símbolos”: el Gran Arquitecto del Universo. Dentro del Enigma de nuestro Gran Símbolo, el G.: A.: D.: U.:, en uno de sus Capítulos resplandece como de particular significación para asimilar su contenido el también Símbolo conocido como “Tetragrama”, “Tetragrámmaton” o “Tetragrámaton”. Intentaremos hurgar en algunos de sus contenidos, si bien no podemos pretender agotar su tratamiento en estas líneas por lo limitado de nuestros conocimientos. En la Masonería el Tetragrámmaton formaba parte del Simbolismo en el Tercer Grado hasta la segunda mitad del Siglo XVIII en que se trasladó a los Grados Superiores con el mismo mensaje simbólico. Thomas Dunckerley lo incluyó en la Simbología del Arco Real dentro del Rito Moderno y en otras variaciones de éste. Sin embargo este Símbolo no es original de la Orden, porque proviene de tradiciones y corrientes judías, cristianas e iniciáticas que la Mas.: habría recogido durante su desenvolvimiento histórico. La palabra “Tetragrámmaton”, “Tetragrámaton” (también suele pronunciarse “Tetragrammatón” o “Tetragrammaton” en castellano) o “Tetragrama”, es un vocablo compuesto que proviene de las voces griegas “tetra” (“τετρα”) que significa “Cuatro” y “grámmatos” o “gramma” (“γράμματος”, “γραμμα”) que equivale a “Letra”. Así “Tetragrámmaton” quiere decir “cuatro letras”, “conjunto” o “palabra de cuatro letras” o signos. El Tetragrámmaton hace alusión a la práctica hebrea de escribir o representar el nombre del Ser Supremo por cuatro Letras o Signos consonantes del Alefato (alfabeto hebreo), que de derecha a izquierda (como se escribe y lee el hebreo, tomando como referencia nuestra posición frente al documento) son respectivamente “י” (“yod”), “ה” (“he”), “ו” (vau), “ה” (“he” por segunda vez), las cuales son equivalentes en nuestro alfabeto latino a las letras “y” (“י”), “h” (“ה”), “v” (“ו”) y “h” (“ה”) a través de tres signos (י, ה, ו, “yod, “he”, “vau”) cuyas denominaciones significan en hebreo respectivamente “mano” (“yod”, “yad”), “ventana” (“he”) y “clavo” (“vau”). Consideradas en la Gramática y en la Cábala como integrantes de las doce letras simples del Alefato (no son “madres” ni poseen doble equivalente en su pronunciación “dobles”). Las letras “י” y “ו” en hebreo no sólo poseen valor consonántico sino también de vocales, representando en la transliteración latina la la “י” a la “y” o a la “i” y la “ו” a la “o” y la “u” según los casos. Si bien el Tetragrámmaton (“יהוה”) representa en principio al Gran Arquitecto del Universo, como Símbolo y Nombre ha tomado total independencia y tiene un significado por sí mismo. El Nombre refiere no sólo al Ser Supremo, sino a sus Misterios ocultos y a la Obra Iniciática Masónica, y en Alquimia es ora el Orientador, ora el Símbolo del Fin de la Obra. Habíamos dicho anteriormente que los hebreos (y hoy los judíos) representan al Nombre Divino con las letras “י”, “ה”, “ו”, “ה” o “Y” (“I”), “H”, “V” (“O”, “U”), “H” (YHVH, IHVH, YHOH, IHOH, YHUH, IHUH). En Ex. 23:20-21 Dios (por ahora así lo llamaremos) envía a Moisés para guiar al pueblo israelita un Ángel que debía tenerse en cuenta puesto que llevaba su Nombre. En el libro de los Salmos es quizás donde se da mayor importancia al Poder del Nombre de Dios, que se tenía como protector (Psal. 19-20-:2, 53-54-:3, 117-118-:10 y 12; v. también Is. 50:10), fuente de exaltación o glorificación (Ex. 20:24; Psal. 5:12, 82-83-:17 y 19), como también objeto mismo de alabanza (Psal. 8:2, 65-66-:2, 67-68-:5, 74-75-:2, 91-92:2, 95-96-:2, 104-105-:1, 112-113-:1-3 y 134-135-:1, 144-145-:1-2, 148:5 y 13; Nota: se tomaron los números de la Vulgata Latina). A su vez la cólera del Nombre es terrible (Is. 30: 27-28). Lo cierto es que el Nombre Divino constituía una Palabra de Poder que, por respeto, para evitar que se pronunciara en vano, para evitar que su pronunciación no generara efectos indeseados o por lo que fuere (según la Tradición, Moisés lo prohibió para cuidar al pueblo judío de la superstición o idolatría), se omitía pronunciar (de ahí otra conceptuación del Tetragrámmaton como el “Nombre Inefable”) o se le hacía alusión indirecta a través de expresiones como “Hasshem” (“םשּׁה”, “El Nombre”) u otros nombres también usados para referirse a Dios como “Adonay” (“אדני”) “Señor”, o “Elohim” (“אלהים”) Dios como Ser espiritual. En la lectura de los Libros Sagrados, los judíos pronuncian “Adonay” (“Señor”) cuando llegan al Tetragrama porque se consideraba desde antiguo que el Hombre es Indigno de pronunciar el Santo Nombre de Dios, práctica que ayudó a olvidar el Nombre Sagrado y tradición que respetaron las primeras traducciones de la Biblia en griego, latín y en lenguas vernáculas hasta casi el presente, usando en ellas el equivalente idiomático de “Señor” o “Dios”. No cualquiera podía pronunciar el verdadero Nombre Divino, por eso Filón decía que sólo los Hombres Santos, cuyos oídos y lenguas había preparado la Sabiduría, podían pronunciar las cuatro letras (por alusión a las que integran el Nombre), lo que no podían hacer los demás. Se dice que los Esenios debían pronunciar el verdadero Nombre Oculto en secreto, y su no divulgación formaba parte de su Juramento en sus Iniciaciones. Sabemos que en otros ritos, como los egipcios (cuya tradición recogió la judaica) y algunos de la India y Persia, se pronunciaba el equivalente de su culto al nombre Sagrado como Palabra de paso. Entre los antiguos hebreos pronunciar el Nombre del Señor era una falta que se castigaba terriblemente, hasta con la Muerte (Ex. 20:7; Lev. 24:10-16; Deut. 5:11; Ez. 20:39, 36:21). Mackey recuerda que los cabalistas le cambiaban en la expresión “Zeh Shemí l`olam” (“לעלם מישׁ זה”, “Este es mi Nombre para siempre) la “ע” por un “א” a la última palabra, quedando “Zeh Shemí l’alam” (“לאלם מישׁזה ”, “Este es mi Nombre Secreto”), lo cual no deja de ser una invención arbitraria a nuestro entender de dicho estudioso. En una variación de la Leyenda masónica se dice que Salomón conocía la Palabra Verdadera, la cual a veces se identifica con el Nombre de Dios, y que la transmitió a Hiram y a Adonhiram en la Construcción del Templo, aunque nosotros reconocemos la Pérdida de la Palabra con la Muerte de Hiram Abí o Abiff. Luego del Exilio babilónico los judíos comienzan a olvidar el verdadero Nombre de Dios, que va cayendo en mayor desuso, quedado reservado y restringido a los Sabios o a los Sacerdotes, quienes lo pronunciaban en las Fiestas de Expiación o Ceremonias en el Templo, pero con el tiempo hasta los propios entendidos lo olvidaron. La verdadera Palabra de Poder que se identificaba con el Nombre correcto de Dios, tal como Dios se la hizo conocer a Moisés se olvidó y se transformó en Palabra perdida cuyo reconocimiento se decidió reconquistar, haciéndose las más disímiles investigaciones y aseveraciones por los sabios judíos y los hebraístas. La confusión se hizo mayor dado que la sucesión Yod-He-Vau-He no se correspondía con ninguna palabra o verbo conjugado y porque la escritura consonántica, unido a la práctica de expresar las letras “Yod” y “Vau” para significar vocales, aumentó la ambigüedad y la incertidumbre. Los rabinos Masoretas comenzaron en la práctica de agregar a la escritura consonántica signos vocálicos (“niqudim”), y sea para indicar que el Tetragrámmaton debía pronunciarse “Adonai” o “Elohim”, sea por un intento de reconstrucción del Nombre, le agregaron las vocales de “Adonai” (A-O-A) o de Elohim (A-O-I) que por razones de eufonía la primera “A” se transformó en “E” y así resultaron las palabras “JeHoVaH” (“יהוָה”) o “JeHoViH” (“יהוִה”). De allí algunas sectas, cual los Testigos de Jehová, pretenden que el verdadero nombre Divino es “Jehovah”, cuando en realidad no es sino una práctica rabínica sin mayor fundamento teológico o lingüístico. Mackey intenta caracterizar al verdadero nombre como “IHOH” (la Vau equivaldría vocálicamente a una “O” -“וּ”-) aunque carece de significado (salvo lo que veremos más adelante al respecto, haciendo por ahora una pausa sobre ello). Los Cabalistas han hecho innumerables especulaciones por redescubrir el Hombre Inefable, algunos de los cuales mencionaremos más adelante, adelantando que hubo quienes inclusive le agregaron a las consonantes las vocales de los Sefirot. Zorell fundamenta que el verdadero nombre del Dios de los judíos (y por supuesto de los cristianos) sería “Yaheveh”, “Yahveh” o Yavé según es costumbre ver en las traducciones bíblicas católicas, basado en la pronunciación que le daban al Nombre Inefable o Sagrado los Samaritanos (“Ιαβε” o “Ιαουε”) con cuya denominación se habrían escrito algunas copias antiguas de Libros Bíblicos y de la Biblia, en algunos escritos de autores disidentes heréticos, en leyes fonéticas del idioma hebreo, en las pronunciaciones “Iahu” o “Iaho” que conservaron algunas colonias judías, e incluso en posibles raíces del Nombre. De ahí que el Nombre de Dios también se lo conoce como “Nombre Yávico”. En el simbólico y hermoso compendio de sabiduría medieval que es el “Setenario” de Alfonso el Sabio (Siglo XIII), la palabra “Tetragrámmaton” está asimilada al cuarto nombre-propiedad divino de siete que daban inicio con la letra “T” y que se identifican con el Nombre Oculto: “en griego quiere decir nonbre de Dios ascondido, e por esto, porque algunas gentes lo nonbrauan por ssennal de letras, e non por uoz; porque tenien que lengua de ome mortal non era digna de nombrar a él nin ponerle nombre ssennalado”. Habíamos dicho que tal como está ordenado el Tetragrámmaton no se encuentra ninguna palabra o verbo conjugado en hebreo. Sin embargo se ha pretendido derivar el Nombre Sagrado de la raíz hebrea HaYaH (“היה”) o hebraico-aramea “HaVaH” (“הוה”), que tanto una como otra significan “Ser” en el sentido de Trascendencia o Plenitud del Ente, como “estar” en el sentido de manifestación o subsistencia histórica (sentidos estático y dinámico de la Entidad), o sea el “ser” y el “existir”. “HaVaH” significa también “caer de lo alto”. El hebreo de los cautivos en Egipto era pobre en conceptos y carecía de expresiones abstractas, por eso al Ser Absoluto no podía definirlo sino como “lo que es” (“is qui est”). Así define y explica Dios su propio nombre: “Yo soy el que soy” (“אהיה רשׁא אהיה”), “Yo Soy” (“אהיה”) –Ex. 3:13-14-, para retomar luego el texto como “יהוה”, “(el Verbo perdido, ignorado durante el cautiverio de Egipto”), “el Dios de vuestros Padres…” (Ex. 3:15), manifestado por primera vez a Moisés ya que antes se había revelado como El Shaddai –Dios Omnipotente- (Ex. 6:3). Tres palabras (“אהיה רשׁא אהיה”) que se abren a partir de tres “א” que con las letras Y-H-V-H suman el número “7”. El ser Pleno, Absoluto, la fuente original del Tetragrámmaton es la Divinidad Suprema, el Origen de la Vida, Causa sin Causa, Brama, Pachacámac, Logos, llamado en hebreo “’Ein-Sof” (“אין־סוף”, “Infinito”), que suele representarse con una letra “י” en un Triángulo Equilátero o Delta, como también dentro de la Estrella Davídica. Es el “Yod” o “Yah” (“יד”, “הּי”), el Dios Benéfico. “Adonay” o “El” (“אל”), Dios fortísimo, Supremo Señor; “Yah y “El” cuya unión (“הּאלי”) recuerda a “Eliah” o Elías y alguien supuso que derivó en “יהוה”. Estas “Y”, “H” y “V” forman las tres Palabras Sagradas de un Grado Masónico que según el Catecismo respectivo designaba a Dios para el pueblo hebreo, que no son sino tres aspectos de un único Ente (Misterio de la Trinidad cuya “י” representa al Padre, “ה” denota al Hijo y “ו” al Espíritu Santo según el esoterismo cristiano), cuya última palabra no se conoce con precisión y como la Columna de la Sabiduría del Pr.: Gr.: se encuentra en proceso de formación o de conocimiento. Conocer el secreto del Tetragrámmaton y reencontrar esta Palabra o Mantra de Poder que se ha perdido ha demandado mucho trabajo a los estudiosos. No es para menos, dado las propiedades que se le atribuyen. Es que la Palabra Mística tiene relación con la Ciencia de las Vibraciones rítmicas que es la clave de la Armonía y del Equilibrio. La Palabra es Sonido y el Sonido mueve, según Pitágoras, al Universo. Descubrir el Poder de la Palabra y de las vibraciones que produce su Sonido permite ejercer una actividad de Manipulación o Transformación de la Realidad, y sería correcto inducir de ello que pronunciar el Nombre Divino o Palabra Sagrada podría invocar enormes Poderes. El “Toldot Jeshua”, escrito rabínico difamatorio del Siglo XIII, atribuía los milagros de Jesús a que éste usaba la Palabra Sagrada, representada en el Tetragrámmaton. A su vez la inscripción de las letras del Nombre Inefable en la frente de una estatua de barro (o también una “א”, letra que como vimos también se relaciona con el Tetragrámmaton) permite dar vida a una entidad llamada “Golem” u “Homunculus”, la cual obedece la voluntad de su creador y se destruye si se borra la inscripción de su frente. Usando la técnica cabalística de transposición de letras o Temurah, Lanci y Vail encuentran, recordando que la “י” puede leerse como “i” o y la “ו” como “o” o “u”, que tenemos formado “IHOH” o “IHUH”. Tomando este último orden de letras, podemos separarlo en dos mitades “IH-UH”, que invirtiéndolas al leerlas al revés (como al modo de lectura hebreo) nos resulta “HU-HI”. En hebreo “HU” (“וּה”) es pronombre personal de tercera persona del singular masculino (“él”) y “HI” (“הי”) es pronombre personal de tercera persona del singular femenino (“ella”). “EL-ELLA” (“HU-HI”) recuerda al principio masculino-femenino o Andrógino (“ανδρος-γινος”) Universal, a través del cual actuó el Logos en la Creación del Universo. Leemos en Gen. 1:27: “Y creó Dios al Hombre a imagen y semejanza suya, a imagen de dios los creó, y los creó macho y hembra”, esto antes de la creación de Eva; según Mackey no podría haber sido el Hombre hecho a imagen de IH-OH (HU-HI) si no hubiera sido macho y hembra a la vez (hermafrodita o andrógino), que luego se separó en Adán y Eva como hueso de los huesos y carne de la carne del primero (Gen. 2:21-23). Cada una de las letras que componen el Tetragrámmaton posee un significado especial y puede ser objeto de profunda interpretación. A continuación intentaremos exponer algunas de estas especulaciones. Para Rosicruciae la Letra “י” representa no sólo al ‘Ein-Sof (Infinito) sino a todo poder manifestado. Se refiere a la potencia en contraposición al acto. Expresa duración, eternidad e intelectualidad. La “ה” representa a lo que vitaliza; es el Aire, la Vida, la Existencia, el Símbolo de la Vida Universal, el Espíritu o el Alma que da significado a las cosas y personas, el Espíritu de la Acción y la actividad. Por último este autor identifica a la “ו” como los órganos de percepción del Hombre y la Luz, la imagen del más absoluto Misterio entre el Ser y el No Ser, verdadero símbolo del Dios crucificado. Junto a la segunda “ה” ocupan las cuatro puntas del “יהוה”, representante del Mundo Superior, del Uno que señorea sobre la Tierra. “י” es la letra Generadora de todas, primer motor de lo existente. Dios o el Logos creó al Universo sobre el Arché o la Materia Primordial a través del Andrógino, por lo que podemos decir que “י” representa al Logos, “ה” al Arché o Materia Primordial y “ו” al Andrógino o la Luz, los cuales no son sino tres aspectos del Uno que se identifican (Jn. 1:1-4). El “י” también equivale para los hebreos al número 10 de los Dedos de las Manos creadoras, que se elevan en la imposición de fuerzas y ondas activas como expresión del Señorío (Malkhut) y la Perfección, integrado por el “1” y el “0”, formadores del sistema binario y que representan la expresión activa y negativa del Ser, como también los aspectos masculino y femenino sexual cuya adición da 1, equivalente numéricamente al “א” (inicial también de “אין־סוף” o Infinito, “אהיה” –“Yo Soy”- y “אמן” o “אמת” -“Verdad”- o “אל” -“Dios”-). De su unión se produce un nuevo Ente “יהוה” (“י” y “א”, 10 y 1) que se glorificará en una cuarta expresión del Ser. Todo deriva de la Unidad, se expresa a través de la Dualidad, se manifiesta en la Trinidad y se realiza en el Cuaternario, según indica Magister. Así el 1, el 2, el 3 y el 4 integran la Tetraktis pitagórica cuya ordenación gráfica semeja a un triángulo equilátero y cuya suma forma la expresión de la década (1+2+3+4=10) con la integración de los cuatro primeros números, y la Tetraktis se identifica con el Tetragrámaton por su significado; la suma de los primeros cuatro números (10) coincide con los 10 Sefirot o emanaciones del “Ein-Sof” de la Cábala, correspondiente al Astro Sol en nuestro Sistema Solar por lo que se relaciona con el Fuego Divino. Se considera que diez “‘Elohim” correspondientes cada uno de ellos a cada uno de los Sefirot, intervinieron en la Creación del Mundo de los cuales Jehová era uno de ellos, conforme a Battista. Ante todo recordemos que las letras hebreas también corresponden a expresiones numéricas. En el Alefato las letras del Nombre Divino equivalen respectivamente a 10 (“י”), 5 (“ה”), y 6 (“ו”), cuya suma da 21 y su adición mística 3. En el Nombre Yávico su total es 10+5+6+10=26, cuya adición mística resulta 8, múltiplo de 4. 3 y 4 representan para Blavatsky la Luz y la Vida cuya unión da 7, que muestra al Dios Creador y representa el común factor de la Materia que para ella se identifica con el “’Ein-Sof” descartando al 10, siendo el 7 el equivalente numérico de la “ז” o “z” en su transliteración latina, que se encuentra en el Mandil de un Gr.: Mas.: y es inicial de Z.: (“Resplandeciente”), respectiva Palabra de Paso. En el Sefer Yetzirah “י” vale 17, “ה” 22 y “ו” 19 según Rosicruciae, cuya adición resulta 58 y la suma mística 4. “4” se corresponde con las cuatro letras del Nombre Inefable que a su vez se corresponde con el Grado de Maestro Secreto, número que según Blavatsky es en Kabbalah el más perfecto o sagrado. Y no es para menos: 3 letras madres más las del Nombre hacen 7 letras dobles; el Tetragrámmaton más el “א” hacen el Cinco de la Quintaesencia, que sumado a 3 y 4 da 12 más los 10 Sefirot=22, cuya suma de cifras iguala a 4. Por algo alguien dijo que con las 22 letras del Alefato (número coincidente con el de Senderos entre los Sefirot) se hace el Tetragrama. Y es más: se ha dicho que la Ley de Dios o Torah (correspondiente al Pentateuco cristiano) está compuesta no sólo de los Nombres de Dios, sino que constituye el Único y Sublime Nombre de Dios revelando a través de la Torah su Ser Trascendente. En el “Bereshit Rablah” los Libros de la Ley son el Nombre del Ser Santo. Para Chocatilla (S. XIII) la Torah o Ley es la explicación del IHVH, y aquélla está tejida del Nombre Divino, resultando la Torah una explicación del Nombre. Por eso el Tetragrámmaton es el elemento o material básico de la Torah. Para Abulafia, los sobrenombres o apelativos de Dios (los llamados “72 Nombres de Dios”) fueron transformados en combinaciones y permutaciones hasta aparecer bajo el nombre de Torah, permutaciones y combinaciones que hay que retrotraer para dar con el Nombre original. Por ser entonces una manifestación del Poder Divino, la Torah es Dios que existía antes del Universo con su Nombre, por lo que las propias letras de su nombre son Él, siendo las letras de su Nombre su Cuerpo Místico y Dios el Alma de las Letras (Recanati). Para otra concepción, a Moisés se le transmitió la Torah o la Ley como una serie de nombres. Lo interesante de estas concepciones es la cadena entre Dios-Nombre-Ley, entre los que el Nombre figura como instrumento Creador y Ordenador, realizando el Proyecto de Dios y formando un compuesto regulador que se llamó “Torah”. La Ley es así una manifestación del Ser Supremo y que se revela a través del Nombre o tetragrámaton, por eso el Zohar prevé de no buscar en la Ley simples recitados o palabras ordinarias. Así según el Majan Hahochimah, que cita Mackey, expresa que comprendiendo el Nombre Divino se llegaría al Secreto de los Misterios. Se dice que el Tetragrámmaton representa cuatro Universos: Alzelut (“י”), Briah (“ה”), Yezerah (“ו”) y Asah (“ה”), que también pueden relacionarse con los sustancias que forman a todo lo que existe. A su vez, las cuatro letras pueden ordenarse en una forma geométrica similar a la Tetraktis en un Triángulo a saber, “י”, “יה”, “יהו”, “יהוה” (desde la “yod” única hasta el Tetragrámmaton completo), cuya suma de los valores correspondientes de estos signos da 72, lo que nos recuerda a los 72 rostros, fascetas o atributos de la Divinidad, o los 72 Nombres del Shem Hammeforash o “Nombre Develatorio”, como también se conoce al Tetragrámmaton, relacionado con los 36 senderos que hay entre cada uno de los Sefirot con su retorno respectivo (36 x 2). En el Sefer Yetzirah las tres letras del Nombre Yávico se van ordenando en la conformación de los números 5 a 10 regulando las seis direcciones del Espacio: Superior, Inferior, Levante, Poniente, Mediodía, Norte (4 letras + 6 direcciones = 10 = “י”). Vemos así que las letras y el Nombre se proyectan y participan en la ordenación de todo. La interpretación del IHVH se enriquece de acuerdo a Cordonero agregándose las vocales de cada uno de los Sefirot, correspondiéndose sendas vocalizaciones diferentes del Nombre Divino. IHVH corresponde a cuatro etapas generadoras de las cosas y a cuatro Sustancias o Mundo, “I” corresponde a la Mente y al Intelecto, “H” a las facultades naturales y toma asiento en el plexo solar, mientras que “V” toma lugar en el corazón y representa la Vida, todo ello según Casaril. Para el esoterismo rosacruciano “I” representa al Mundo Mental y rige los sistemas respiratorio y nervioso, “H” pertenece al Mundo de los Deseos o Astral como también al aparato circulatorio, y “V” al Mundo Físico y al sistema digestivo. I-H-V son las fuerzas operativas de todo, siendo la primera positiva, la segunda negativa y la tercera neutra, según el Cristianismo Iniciático y Eliphas Levi. El segundo “H” (“he”) realiza en el Cuaternario a estas tres fuerzas y a su vez inaugura un nuevo ciclo como un nuevo “ה”. Vamos a encontrar en todo el Universo y en todo ser también un proceso Creador o “י”, uno Eliminador “ה” y otro Conservador u Ordenador “ו”, lo cual recuerda a la Trimurti Brama-Vishnu-Shiva, que a su vez en su dinámica inauguran los sucesivos Ciclos de la Existencia. En la Kabbalah los tres primeros Sefirot (Keter, Hochmah, Binah) son según Vail los principales, de los que se derivan los otros siete, siendo Keter el más elevado, Hochmah es el masculino y Binah el femenino, y se corresponden con las letras I-H-V respectivamente. A su vez, los Sefirot se agrupan en tres ciclos de cuatro, cuyo final inicia un nuevo ciclo (Keter, Hochmah, Binah, Hesed -“י”-; Hesed, Gueburah, Tiferet, Netzah –“ה”-; Netzah, Hod, Yesod, Malkhut –“ו”-). I-H-V ordena a las tres virtudes teologales (Fe –I-, Esperanza –H-, Caridad –V-) y otras tríadas que por su abundancia exceden a este burilado. En el Tarot de Marsella, la carta del Triunfo (21, suma de cifras 3) recuerda a una ilustración de la Utriusque Cosme Historia” de Robert Fludd, donde se muestra a una persona unida por una Cadena al Tetragrámmaton envuelto en el Delta (tres lados, número 4 y cuarta letra de los Alfabetos griego, hebreo y latino; 3+4=7). A través de la segunda “ה”, el Tetragrámaton se proyecta hacia una segunda realidad, completándose con el Quadrivium el Trivium de las Siete Materias y constituyendo la Gloria y Coronación del Ternario, el número poderoso según Eliphas Levi. Cualquier ciclo de actividad posee estas cuatro fuerzas representadas en cada una de las letras del nombre Inefable, cuyas cuatro letras unidas al Triángulo o Delta en la Época Moderna representaba al Dios Generador y Creador Supremo, cuya operación filosófica (transmitida al Ser Humano por ser imagen y semejanza de éste) se traduce en Afirmación, Negación, Discusión y Solución según Eliphas Levi. Veamos otras equivalencias de las cuatro letras del Nombre Divino. Por ejemplo, “י” se relaciona tanto con el elemento Fuego en el Ciclo de Retorno del Espíritu como con el elemento Tierra en el Ciclo de la Ascensión a la Vida Eterna, correspondiente al período de la Cámara de Reflexiones del Pr.: Gr.: Es también el portador de la nueva semilla o la misma semilla, el Fuego que engendró la Luz (Gen. 1:3), el Padre, ‘Ehyeh, ‘Emet cuadrilátero o el mismo ‘Ein-sof transpersonal, el Mundo de las Emanaciones, en la Kabbalah Keter (la Corona) o la tríada “Keter, Hochmah, Binah”, en los Arcanos menores del Tarot los bastos y los reyes, los primeros veintiún años de infancia y adolescencia, el Invierno, el período de Luna Nueva a Cuarto Creciente, el Amanecer al Mediodía, la Prudencia como virtud cardinal, el Azufre alquímico o el Espíritu, la caída del Mundo Antiguo y el triunfo del Evangelio por Jesús, el Gr.: de Aprendiz que obliga al Saber. “ה” se relaciona con el Agua del Renacimiento en el Retorno del Espíritu como con el Aire de la Transformación en la ascensión a la Vida Eterna, y corresponde al Primer Viaje de la Iniciación del Primer Grado. Es el gestador, el Aire que originó el Firmamento (Gen. 1:6-7), el Yah o Hijo, el Mundo de las Creaciones, Hochmah (Sabiduría) o la triada “Hesed, Gueburah, Tiferet”, en los Arcanos menores las Copas y las Reinas, la Juventud (22 a 42 años), la Primavera, el intervalo de Cuarto Creciente a Luna Llena, la tarde del Mediodía hasta la Puesta del Sol, la Templaza como virtud cardinal, el Mercurio o la Iniciación, la Apostasía y el Anticristo, el Gr.: de Compañero que invita al Querer aspirar a la Exaltación. “ו” tiene que ver con el Aire del Renacimiento y el Agua de la Vida Eterna, relacionado con el Segundo Viaje del Iniciado. Es lo transformador, las aguas que se separan para dar paso a la Tierra (Gen. 1:9-10), el o los Elohim, Espíritu Santo o Jehovah como regente impulsor del desarrollo humano y aspecto material de la generación, Binah (la Inteligencia) o el tercio “Netzah, Hod, Yesod”, las espadas y los caballos, la edad madura entre los 43 a 63 años, el Verano o el período Luna Llena-Cuarto Menguante, la Puesta del Sol hasta la Medianoche, la Justicia, la Sal o la Sabiduría, la caída del Anticristo y el retorno al Cristianismo, el Grado de Maestro que anima a Osar la Perfección. La segunda “ה” y última letra se relaciona con la Tierra del Renacimiento y el Fuego de la Plenitud hacia la Vida Eterna, Tercer y último Viaje hacia la Iniciación Masónica. También se refiere a la Nueva Realidad o al Elí Poderoso, a la Tierra que se formó de la separación de las aguas y donde nació la primer manifestación de Vida por la Biblia (Gen. 1:11-12), a la Nueva Forma que se proyecta en el Mundo o “Aglah” (“אגלא”), Hesed (la Gracia) como don para llegar al Makhut (el Reino), los oros y las sotas, la Madurez en la Senectud (64 años en adelante), el instante entre el Cuarto Menguante y la Luna Llena y el de la Medianoche hasta el Amanecer, el Otoño, el segundo retorno de Cristo, la Fortaleza interior revelada en el Nuevo Ser Transmutado del Masón quien debe Callar los Secretos aprendidos. En la Astrología “י” se relaciona con el Signo Cardinal Aries en el Ciclo del Fuego, que comparte con el Signo Interior o Fijo Leo y el Doble o Exterior Sagitario, relacionados con la Iniciativa y la Voluntad. “ה” tiene que ver con el Signo Cardinal Cáncer del elemento Agua dentro del Ciclo Escorpio y Piscis, referidos a la Emoción y a la Providencia. “ו” se refiere a Libra como signo de Aire y con su signo fijo Acuario y el Doble Géminis, ligados a la Lógica y la Fatalidad. Por último la segunda “ה” guarda relación con el elemento Tierra cuyo Cardinal es Capricornio, y dentro del ciclo con Tauro y Virgo. Los signos Cardinales o Motores (Aries, Cáncer, Libra, Capricornio) son de carácter “י”. Los cuatro Fijos o Interiores (Leo, Escorpio, Acuario, Tauro) son “ה” y los cuatro Dobles o Exteriores (Sagitario, Piscis, Géminis y Virgo) son “ו”, relacionados con el desenvolvimiento del temperamento y el carácter. Queridos Hermanos: El Tetragrámmaton o Tetragrama si bien representa a nuestro Ser Supremo, es un Emblema independiente y por derecho propio. Expresa la clave de los Ciclos de actividad y de la Construcción del Universo, definiendo órdenes de Creación, de Vida, de Fuerzas y de propiedades, y cada una de sus letras manifiesta cada una de las cualidades de los cuatro Viajes de la Iniciación (incluimos el de la Tierra en la Cámara de Reflexiones) que se corresponden con los cuatro aspectos de nuestro Primer Principio a saber, la Sabiduría o inteligencia (“I”), el Ideal o impulso Evolutivo (“H”), la Fuerza o Actividad (“V”) y la Belleza o Armonía (segunda “H”). En el conocimiento cabal de su significado se aprenden todos los Misterios cuya correcta pronunciación es la expresión retórica, según Magister, de la comprensión lógica de su significado gramatical. Es uno de los más importantes Símbolos de la Orden, que se ha manifestado con otros Símbolos en otros Grados cuyo contenido es el mismo, síntesis explícita como Palabra representante de la Verdad Divina que el Masón debe buscar incesantemente (Mackey). La aventura de redescubrir su contenido nos reimpulsa a una mayor y afanosa búsqueda de la Palabra de Poder perdida que desapareció con la muerte del llorado Maestro Hiram y que llevaba en la Medalla que sostenía en su pecho. Y la Palabra Perdida, el Gran Arcano del Ocultismo, la Verdad Final, la Completa Iluminación, el Conocimiento Absoluto o la Plenitud del Ser será sin duda una lucha ardua, pero con su descubrimiento adquiriremos nuestra influencia sobre el Universo. El Tetragrámnaton no es en realidad más que un Símbolo de esa Palabra Perdida e Ignorada cuya denominación, sentido y poderío ansiamos recuperar para que nos abra a todas aquellas Realidades mencionadas, y que en la Obediencia nos acompaña desde el Tercero hacia los Grados Superiores, Símbolo del cual pretendimos enumerar algunas interpretaciones o aspectos que también adoptó la Orden con su Cuaternario Divino “G.: A.: D.: U.:”, que a su vez se encuentra en otros Nombres Cuaternarios o tetralíteros del Ser Supremo (Zeus, Θεος, Deus, Dios, Lord, Gott, Herr, Bios, Vita, Vida, Azot). Henchidos de esa Oculta Palabra en nuestros corazones nos dimensionaremos como dioses en el Adam Kadmon u Hombre Celeste que late dentro de nosotros esperando se desate con el sonido del Nombre la vibración que sacuda su Nota Clave. Existe una Leyenda que relata que el Rey David mientras excavaba encontró una Piedra con el Nombre Sagrado, lo que revela una profunda Enseñanza: hay que trabajar dentro de nosotros para descubrir la Piedra de nuestro Espíritu que posee las propiedades de la Divinidad. Descubrir el dios interior no es otra cosa que conocerse a sí mismo en su Microcosmos para proyectarse hacia el Conocimiento del Universo Microcósmico, para transformar la Realidad Interna y la Realidad Exterior que en verdad son dos aspectos de una misma Realidad, el Ser, destino de Plenitud donde seremos uno con el G.: A.: D.: U.:. 2. SOBRE EL MISTERIO DE EL SEXO Y LA MUERTE En el segundo de sus conocidos “Cuadernos de Sexología”, el Dr. Andrés Flores Colombino intenta, motivado por una sugerencia del sexólogo chileno Quijada, levantar la punta del Velo a una cuestión que sin duda se revela como uno de los más grandes Enigmas de la Existencia. ¿Hay alguna relación entre el Sexo y la Muerte? ¿Acaso pueden tener contacto dos aspectos del Ser que a primera vista aparecen como totalmente opuestos (Sexo, creador de Vida-Muerte, destructora de toda criatura)? Ciertamente el tema escapa a la mención de ciertas patologías sexuales, como la necrofilia y los llamados “Homicidios pasionales” aunque forman parte de su Misterio, pero en otros aspectos, Sexo y Muerte forman una extraña pareja dentro de la Naturaleza y de la Cultura humana. Es evidente que el Sexo surge tardíamente en la Naturaleza y como consecuencia de la Evolución de la Vida. El problema de la Muerte no se plantea nunca en la reproducción asexuada, sea por bipartición, cariocinesis o brotes (propio de formas vivas de poca complejidad) porque la misma Materia es la que se mantiene y reproduce; podrán desaparecer algunos de estos individuos, pero no hay Muerte “sensu stricto” en razón de que lo que pervive es la Materia y además no hay relación alguna entre su período de vida y su ciclo reproductivo. No es casualidad que el Sexo aparece recién en los seres más evolucionados, como si fuera una necesidad o “condictio sine que non” de la Evolución. Se dice que el problema de la existencia del Sexo es el punto de arranque de la Muerte; la reproducción sexuada es la causa directa de la Muerte natural. ¿Por qué? Porque el Sexo convirtió a la Vida en algo más que vivir y reproducirse; el Sexo sirve para la selección natural de cada espécimen, pero también para el progreso y la mejoría misma de la especie. Y la Muerte misma permite también la evolución de la Vida, porque si no la Creación se estancaría; mediante la Muerte se posibilita no sólo que se dejen atrás y superadas las antiguas formas vitales o los seres más débiles o menos versátiles, sino que se mantengan y sobrevivan los más evolucionados o los mejores adaptados al medio. Además, la Muerte produce un mecanismo equilibrador que permite a las especies el ambiente y los elementos necesarios para alimentarse y sobrevivir; si se reprodujeran “ad infinitum” no alcanzaría la Tierra para alimentar ni para albergar a todos, con lo que sobrevendría una catástrofe verdadera. En resumen, las especies se mantienen y evolucionan no sólo gracias al Sexo que posibilita su reproducción, sino también a la Muerte cuyo papel en la Creación y en la Vida se hace importante. Llama la atención la conexión íntima que presentan el Sexo y la Muerte en los animales inferiores. Respecto a los Nereidos, la matriz al repletarse de huevos revienta y a través de los fragmentos del cuerpo desgarrado se proyectan los huevos; con la expulsión de la simiente concluye la vida de este ser. La Efímera, como todos sabemos insecto de corta vida porque apenas alcanza a vivir un día, muere a poco de las nupcias. Recordemos que la mantis Religiosa hembra va devorando la cabeza del macho mientras se desarrolla el acto de apareamiento, y en ciertas especies de arañas, como es el caso de la “Viuda Negra”, la hembra mata al macho una vez culminada la conjunción. El Zángano, que logra fecundar a la Abeja Reina durante el arduo “Vuelo nupcial”, muere finalmente. Dentro de los vertebrados recordemos al Salmón, que en su carrera río arriba para desovar debe luchar contra las corrientes y saltos, y muchas veces muere agotado, destrozado a causa de las múltiples heridas ocasionadas durante el intento, y cuando lo logra, luego de la conjunción sexual igualmente muere. Como señala Roberto Novoa Santos en “La inmortalidad y los orígenes del Sexo”, parecería que algunas especies, en particular las inferiores, nacieran con una aptitud energética o vital determinada y al agotarse dicho capital vital sobreviene la Muerte (“impulso tanático”). En algunos animales, su función primordial se limita principalmente a mantener ininterrumpida la línea de su especie y así, al agotar luego del apareamiento su capacidad reproductora, no hay razón para que pervivan pues ya han dado toda su simiente. En este tipo de seres se da en la conjunción sexual el momento más crítico y fundamental de su vida, al que generalmente no sobreviven. Sin lugar a dudas, este proceso está sabiamente regulado por la Naturaleza. Presenta características peculiares el tema que tratamos en lo animales superiores. En ellos lo sexual engloba no sólo fenómenos reproductivos sino tendencias de atracción y sentimientos; el Hombre, por supuesto, no escapa a estas manifestaciones instintivas. Como se sabe, en algunas especies la posesión del Ser de otro sexo con el cual un individuo ha de reproducirse llega a ser violenta. El animal cargado de erotismo despierta en sí el germen de la violencia y el deseo de pelear por conquistar su pareja, estimulando el deseo sexual su combatividad y llegando eventualmente a la aniquilación por muerte del adversario que intenta disputarle a aquel individuo con el cual se habrá de reproducir. La tendencia a la combatividad acompaña a la actividad y la capacidad reproductiva, pero sin embargo así se posibilita la Evolución, reproduciéndose sólo los más fuertes y aguerridos o los mejor dotados. Matar para permitir la supervivencia de los más aptos y para poseer y reproducirse con la pareja para mantener la especie, parece convertirse en una de las Leyes inexorables de la Vida. Tras el deseo de perpetuar la especie mediante la función sexual acecha traidora la Muerte; Sexo-Muerte “viven” en una simbiosis trágica, como bien dice Waldemar Coutts en “El deseo de matar y el instinto sexual”. Una vida se reproduce y se mantiene a expensas de otra vida. En el Ser Humano, y aunque no parece “civilizado”, este instinto de posesión sexual de la pareja existe y puede alcanzar a veces ribetes rayanos en lo patológico; recordemos también que las mujeres prefieren por lo general a los varones fuertes y que demuestran cierta “rudeza” o destreza en los deportes o actividades físicas. Los débiles, inseguros o afeminados son mal vistos, y ciertas ideologías han exterminado o intentado liquidar a seres por ellos considerados “inferiores” en pro de seleccionar o crear un Hombre mejor dotado (“Eugenesia”). El acto sexual (un medio para asegurar la vida de la especie) es hasta cierto punto un acto cargado de violencia intrínseca (en la Edad Media, en España se le refería ocasionalmente como una “Lucha”, y actualmente es común hablar u oir hablar de “Lides sexuales”), que en ocasiones puede conllevar a situaciones tanáticas o autodestructivas. En la Cultura de la Humanidad la dialéctica Sexo-Muerte se encuentra consciente y viva en la Literatura y la Religión. Entre los antiguos mesopotámicos, la figura de Inanna o Ishtar, diosa del Amor y la Fecundidad, está ligada a la vez con la Creación, Muerte, Reproducción y Renovación de la Naturaleza y Allatu, la Reina del Mundo de los Infiernos, es nada menos que su hermana. En un antiguo poema conocido como “Descenso de Ishtar a los Infiernos” esta diosa que había necesitado entrar en los mundos invisibles, es muerta de acuerdo al encargo de su hermana Allatu por el demonio Namtar; pero la muerte de la diosa del Amor y la Fecundidad trae la muerte de la Naturaleza, y deben entonces los seres divinos resucitar a Ishtar, para que con ella vuelvan el Amor y la Vida. Recordemos que la figura de Ishtar la conservan los sirios y fenicios con el nombre de Astarté o Ashtart, Grecia la conoce como Afrodita y Roma, como Venus; en los pueblos germánicos y sajones se la conocía como Freya, de donde provienen las palabras “Freitag” en alemán y “Friday” en inglés, que significan ambas “Viernes” (día de Venus). Y tras la plenitud del Amor del Viernes, regido por Venus, se entra en la Muerte del Sábado, regido por Saturno, en razón a lo que afirman ciertas doctrinas. Recordemos que en los Misterios Órficos, Orfeo penetra con su Música en el Reino de la Muerte movido por su Amor a Eurídice, pero es también su Amor quien le impedirá rescatarla al no poder ceder al impulso de querer verla en el tránsito hacia la Vida, a contrario de la condición impuesta por los dioses. Vishnu (Conservación)-Shiva (Destrucción) son dos fuerzas que coexisten con la Creación o el Ser (Brahma). Eros y Tanatos son dos aspectos de un Drama que lleva consigo la Existencia. Es posible encontrar referencias entre los hindúes sobre el problema en cuestión. El “Sama Veda”, Primera Parte Prapathaka 6, Dasati III, compara al Vaso que recibirá la bebida ritual como el Altar del sacrificio al que califica de “yoni” (vagina): “Oh, Soma, siéntate en el yoni del sacrificio”. Esta ofrenda es metaforizada con la imagen de Soma sobre el cuerpo de Indra. “Igual que un macho entre las hembras, así Soma vierte por cien senderos variados al Vaso que debe recibirle” (Parte Segunda, Adhaya 8). Recuérdese la idea que hay de Muerte en todo sacrificio. Soma aparece como un aspecto masculino. Respecto al pueblo hebreo y la Biblia, en el libro del Génesis se muestra la caída en el pecado, la corrupción del Hombre y su pérdida de la Vida Eterna por ciertas manifestaciones relacionadas con lo sexual; la vergüenza que sintieron Adán y Eva sobre su sexo es sintomático de su caída y el adquirir conciencia de sus cuerpos es correlativo a la pérdida de su inmortalidad (Gen, 3:7-13), y a partir de ese momento los partos serán difíciles y tortuosos (Gen. 3:16). El Libro del Cantar de los Cantares es muy claro sobre cómo el sexo se puede identificar como la muerte: “Porque es fuerte el Amor como la Muerte, implacable como el Sheol (mundo del más allá hebreo en el Antiguo Testamento) la Pasión” (Cant. 8:6). Del Cristianismo son pocas las fuentes que puedan ilustrarnos sobre el objeto de este trabajo y hay escasas referencias en el Nuevo Testamento, pero sí hay pasajes interesantes en algunos textos y fragmentos de Evangelios apócrifos. Así en el “Evangelio de Filipo” contenido en el Codex X de Khénoboskion, la separación de los sexos producida por la creación de Eva del costado de Adán fue el principio de la Muerte: “Cristo ha venido para restablecer lo que estuvo así (separado) en el principio y para unir de nuevo a los dos. A los que están muertos por encontrarse separados les devolverá la vida al reunirlos”. Recuerda al Evangelio apócrifo de Santo Tomás cuando se le pregunta a Jesús, “Volviéndonos pequeños, ¿entraremos en el Reino?”, y éste responde: “Cuando hagáis de los dos uno. Cuando hagáis el macho con la hembra una sola cosa, de modo que el macho no sea macho y que la hembra no sea hembra, entonces entraréis en el Reino” (22-23). La fusión de dos seres en uno solo representa la aniquilación de ambos en una nueva criatura realizada a través del amplexo sexual, donde varón y mujer se convierten “en una sola Carne” (Gen. 2:24; Mt. 9:5-6; Mc. 10:7; 1 Cor.6:16-17; Ef. 5:31) y recuerdan al Ser Adán originalmente hermafrodita pero copartícipe de la Divinidad (Gen. 1: 26-28),unión que según San Pablo es un “Gran Misterio” (Ef. 5:32). En el “Evangelio de los Egipcios”, de cuyo texto sólo se conoce algunos pasajes, Salomé inquiere a Jesús sobre la Muerte y su duración en la Tierra: “A Salomé que preguntaba ‘¿Durante cuánto tiempo estará en vigor la Muerte?’, le dijo el Señor: ‘mientras vosotras las mujeres sigáis engendrando’”. Clemente de Alejandría en “Stromates” III.6 explica este fragmento: “… y eso es, no porque la vida sea mala o la creación perversa, sino queriendo dar a entender lo que acontece naturalmente pues la corrupción suele seguir ordinariamente a la generación”. De acuerdo a este “Evangelio de los Egipcios” Jesús también dice: “He venido a destruir las obras de la mujer. De la mujer, esto es, de la concupiscencia; las obras de ella, esto es, la generación y la corrupción”. Como puede verse, la Mujer, que ella en su seno el producto sexual de la Regeneración y de la Vida, también posee dentro de sí la semilla de la Muerte, pero asimismo puede tomarse como que el Sexo desenfrenado o de la concupiscencia puede llevar a la Destrucción Espiritual. Vida y Muerte están asociadas a la actividad sexual del Ser femenino; la Mujer es el elemento producto de la separación del Hombre hermafrodita (Gen. 2:21-23), y a partir de adquirir sentido la actividad sexual para el Ser Humano, máxime cuando según el Génesis Adán y Eva se hacen conscientes de su propio cuerpo físico, la sucesión Vida-Muerte se hace para el Hombre una realidad patente. En sus disquisiciones sobre el Amor, Platón conserva y recoge en el “Symposium” los caracteres y aspectos del Amor sexual, aunque sublimados. Entre otros aspectos, el Amor denota un deseo de vencer a la Muerte, lo que ya se ve en el instinto de generar de todos los animales. Por el Amor el Hombre desea salvarse de su mortalidad dejando algo tras de sí, cual es un nuevo Ser semejante a él (208 a,b). Muchas veces la Muerte es personificada como una mujer sensual con cuyos encantos atrae a los incautos para matarlos. Recordemos a vía de ejemplo, el cuento “Los ojos verdes” de Gustavo Adolfo Bécquer, cuyo protagonista, encantado por la belleza de la hermosa joven misteriosa que lo invitaba a gozar de la felicidad en el fondo límpido del lago, siente y se deja embriagar por el contacto físico pero gélido de aquélla, y finalmente cae dentro del lago y muerte; la joven de los ojos verdes representaba una conjunción sensualidad-mortalidad muy visible, irresistible. Recuerda este cuento al poema de Rabindranath Tagore en su libro “Los Jardineros”: “Ven, ven a mi lago, si te has vuelto loca y quieres morir”. Este mismo autor, tomando a la Muerte como una mujer dice en el mismo libro citado: “¿Y has de enamorarme con el beleño de tu susurro y con tus besos yertos, oh, Muerte mía?”. Destacaremos asimismo que uno de los autores que describió originalmente la sensualidad de la Muerte fue el poeta José Gorostiza en su obra “Muerte sin Fin”, que cita Carlos Castaneda en “El Don del Águila” transcribiendo un pasaje que según él, disfrutaban muchos los Iniciados y Brujos naguales Don Juan y Don Genaro: “Ay, una alegría, un hambre de consumir el aire que se respira,´ la boca, el ojo, la mano; esas pungentes cosquillas de disfrutarnos enteros en un solo golpe de risa, ay, esta muerte insultante, procaz, que nos asesina a distancia, desde el gusto que tomamos en morirla, por una taza de té, por una apenas caricia.”. En Julio Herrera y Reissig, destacaremos como idea del connubio Sexo-Muerte el poema “Idilio Espectral”: “Pasó en un mundo saturnal; yacía bajo cien noches pavorosas, y era mi féretro el Olvido… Ya la cera de tus ojos sin lágrimas no ardía. Se adelantó el enterrador con fría desolación. Bramaba en la ribera de la morosa eternidad, la austera Muerte hacia la infeliz Melancolía. Sentí en los labios el dolor de un beso. No pude hablar. En mi ataúd de yeso se deslizó tu forma transparente… Y en la sorda ebriedad de nuestros mimos, anocheció la tapa y nos dormimos espiritualizadísimamente." También sería grato recordar un fragmento del Soneto “A mi muerte” del uruguayo Nelson Guerra: “…Yo no voy a morir sin antes verte doblegada a mi piel, a vida o muerte, como en las viejas, báquicas orgías! Y aunque quiebre mi cuerpo tu conjuro voy a violarte, bruja, te lo juro, con la fuerza bestial, de mi agonía!”. Las referencias en la Literatura Universal al Sexo en relación con la Muerte son tan abundantes que este recuerdo previo es necesariamente limitado y a vía de referencia. Entre los enamorados, el deseo de alcanzar la plenitud del Amor, de lograr la intensidad más perfecta en su intercambio e intimidad deseando salvar las limitaciones físicas suele desembocarlos en coqueteos con la Muerte o escenas de suicidio, que llegó a difundirse en el Siglo XIX y principios del Siglo XX. En ocasiones, el sentimiento de Amor, sea sexual o sublimado, llega a ser tan fuerte y abrasador que hace sentir a los enamorados una especie de aniquilación; “morir de Amor” es una expresión antigua y conocida por todos nosotros. La Literatura y la Prensa son prolíficas en ejemplos cuya mención sólo sería fastidiosa, pero destaquemos que el impulso amoroso suele acompañarse de proyecciones tanáticas. Esta imagen de la “Aniquilación” y fusión de los amantes es frecuentemente usada en la Alquimia. Basilio Valentín respecto a una de las operaciones de este Arte escribe en “Las Doce Claves de la Filosofía”, Sexta Clave: “(el Rey”) abrazará (a la Reina) amistosamente por el gran afecto que se tienen y será correspondido por ésta, hasta que desaparezcan los dos y de los dos sólo se haga un cuerpo”. En el “Rosarium Philosophorum”, luego de la “Conjunctio” (ilustrada mediante la conjunción sexual) entre los hermanos Gabricum y Beya, la pareja aparece muerta pero transformada en un único ser bicéfalo y hermafrodita. Luego de la Conjunción sobreviene una calma semejante a la Muerte, proceso que da lugar a la “Putrefactio” (“Putrefacción”), pero esta aniquilación no significa una Muerte definitiva sino que es un tránsito momentáneo hacia una vida superior (en el proceso alquímico llamado “ablatio”). En el “Rosarium” citado el Alma asciende, separándose del cuerpo macho-hembra (representantes del Cuerpo y el Espíritu), y luego descenderá para dar lugar a una nueva entidad, un renacer de un ser más pleno y glorioso. La unión sexual (carnal o espiritualizada) simboliza la putrefacción, el paso necesario y semejante a una Muerte con vistas a una Renovación o Elevación (ablación). Este mismo proceso de transformación es también referido por Johan Valentin Andreäe como “Las Bodas Químicas” cuyo protagonista de la obra es Christian Rosenkreutz. Este “morir” por fusión de los contrarios sexuales para renacer en un ser integrado diferente y nuevo recuerda a aquella imagen Iniciática que recoge la Biblia del Grano o Semilla (producto de la unión de un gameto masculino con otro femenino) que debe “morir” para dar fruto (Jn. 12:24; 1 Cor. 15:35-38), al proceso de Jesús por la Cruz, al cráneo con las tibias cruzadas o la calavera y a la Muerte y Resurrección de Horus e Hiram. La unión masculino-femenina anula dos seres disímiles para formar una nueva entidad creadora, que recuerda al Andrógino Universal, principio sobre lo cual se construye el Universo (Magus Incognito), cuyo producto inicial es la célula Huevo (andrógino producto de la confusión entre el gameto masculino y femenino) que detona el proceso de transformación evolutiva del Ser (recuérdese también al Huevo Filosófico). San Juan de la Cruz, explicando sin símbolos este Misterio de la aniquilación amorosa, expresa en sus comentarios a su Poema místico “Subida al Monte Carmelo” que es preciso “mortificar” y negar los gustos sensuales para llegar a la divina unión (mística) con Dios. “Morir a lo sensual” para “unirse con Dios” son términos que denotan una sublimación de lo sexual (“Subida al Monte Carmelo” tiene muchas reminiscencias del “Cantar de los Cantares”). En “Noche Oscura” este proceso de Muerte Interna como presupuesto de la unión divina se muestra explícitamente: “… El alma se ve aniquilada de todas las cosas de arriba y abajo que solía gustar, y sólo se ve enamorada sin saber cómo…”. “… Son las ansias de Dios tan grandes en el alma que parece que se le secan los huesos en esta sed, y se marchita el natural, y se estraga su color y fuerza por la viveza de la sed del amor…”. “… Todo es padecer en esta oscura y seca purgación de apetito…” (obsérvese la similitud con la “Putrefactio” alquímica). Por último, en “Cántico Espiritual”, San Juan de la Cruz comenta su verso “Descubre tu presencia y mátame tu vista y hermosura”: “… pues tanto es el deleite de la vista de tu ser y hermosura que no la puede sufrir un alma, sino que tengo que morir en viéndola”. Existirá mucha semejanza entre el Hombre que pasa a una plena vida espiritual por la unión con Dios y el Ser Hermafrodita que resucita en el “Rosarium Philosophorum”. Dice San Juan de la Cruz (“Llama de Amor viva”) cómo cambia su Muerte en Vida y que esta nueva vida plena… “es vida animal en vida espiritual”. “Quien supiere morir a todo tendrá vida en todo” (“Avisos y Sentencias”). Todo esto recuerda a las sentencias de San Pablo: “Porque el apetito de la carne (relacionada con el deseo sexual regularmente en la Biblia) es la muerte, pero el apetito del Espíritu es vida y paz (Rom. 8:6); si vivís según la carne moriréis, mas si con el Espíritu mortificáis las obras del cuerpo viviréis” (Rom. 8:13). En Santa Teresa de Jesús el proceso de sublimación sexual “Muerte de lo mundano y carnal-unión mística (“Conjunctio” del “Rosarium”) con Dios” se advierte desde una perspectiva femenina (valga la anotación aunque el Místico siempre es simbolizado como la Esposa o una figura de mujer): “… como quien de todo punto ha muerto al mundo para vivir más con Dios. Que así es una muerte sabrosa… y… deliciosa” (“Castillo Interior” o “Las Moradas”, cap. V). “Y cuán dichosa muerte sería a manos de este amor” –de Dios- (id., cap. VII). Sus poemas son otro reflejo del estado de sublimación: “Ansiosa de verte – deseo morir”; “Pues el amor - nos ha dado Dios - ya no hay que temer, - muramos los dos”. Del lado del Misticismo protestante, en el rosacruz Jakob Boehme la “conjunción mística” revela fascetas semejantes: “… y entonces súbitamente mi espíritu, iluminado por Dios rompió las puertas del Infierno y se precipitó hacia lo profundo de la Divinidad y sentí su abrazo de amor, como un novio que abrazara, por fin, a su bienamada. La certeza del triunfo que inundó mi espíritu, y la grandeza de todo esto, fue tal que no cabe en palabras… Es como resucitar de entre los muertos” (“Confesiones”, Cap. III). Para alcanzar el Amor de Dios no se puede sino morir antes: lección de la Alquimia y del Misticismo, los dos senderos del crecimiento espiritual. Desgraciadamente, el vulgo tomó a la expresión “verle la cara a Dios” para referirse jocosamente a la unión carnal. El Tantrismo presenta aspectos de interés en el tema que tratamos, si bien el Sexo se encuentra sublimado a tal punto que el Adepto no debe experimentar durante el “Maithuna” o unión sexual tántrico ningún tipo de placer físico y está obligado a evitar todo tipo de descarga (nada que ver con esa adaptación que ha hecho el mercado occidental para dar variantes al placer sexual); además, mientras observa la conjunción tiene que concentrar todas sus energías en la meditación del Uno. Durante el “Maithuna” y gracias a él, el Adepto tántrico adquiere de su pareja energías que le permiten aumentar sus energías espirituales, de tal modo que incluso podría llegar a la liberación total de la Muerte; el Sexo bien utilizado se emplearía así como un medio para alcanzar la Inmortalidad. Pero también el “Maithuna” reproduce la Unidad Andrógina creadora. El Tantrismo no debe movernos a risa, máxime cuando se practica en varias regiones de Oriente. Podríamos pensar, al recordarlo en una suerte de “vampirismo sexual” de las fuerzas de la Adepta iniciada, idea que rememora el peculiar erotismo de las escenas del vampiro humano succionando tenazmente la sangre del cuello de la muchacha joven, hermosa y tierna vestida con ropas frágiles (a veces en un lecho) y totalmente entregada a aquél. En la actividad física del acto sexual una de las reacciones del orgasmo es el fenómeno conocido como “espasmo carpopedal”; se registran contracciones involuntarias y espasmódicas en todas las partes del cuerpo, muecas y contorsiones de la cara y cuello, movimientos violentos continuos, manifestaciones sonoras y en algún caso, pérdida del conocimiento, que hacen pensar en una verdadera crisis epiléptica, pero que también son reacciones comparables a ciertas manifestaciones de agonizantes en procesos de muerte violenta. En el momento culminante del Amor existe una experiencia cercana al fin de la vida aunque transitoria, una vivencia fanática aunque placentera; una verdadera “petit morte” como gustan llamar al orgasmo los franceses. Tagore (“Los Jardineros” ya citado) refiere al acto sexual como “el juego de la muerte”. Hasta ahora hemos intentado esbozar trazos de ese amplio y complicado dibujo sobre el que se mueve, dentro de la Naturaleza y del Hombre, la tragedia del Sexo y la Muerte. ¿Es posible encontrar una respuesta que explique por qué están tan relacionados, a pesar de que parecen tan opuestas o diferentes? Para Flores Colombino el Sexo está al servicio de la Vida pero da al Hombre la conciencia de su Muerte. Y es natural: la unión de los sexos marca un instante capital en la tarea de conservación y prolongación de la Creación y de las especies. Tras ese momento, asegurada la conservación, la criatura ha cumplido con una de las grandes misiones de su vida (la reproducción) y debe dar paso a los nuevos seres que se adelantarán en perfección y adaptabilidad al medio ambiente con respecto a sus padres. Pero los padres tienen todo el derecho de sentirse de alguna manera inmortales, ya que se prolongarán de alguna manera en su hijo; después de todo, él es parte de sus entrañas y es materia de su materia. Todo ser, pues, vive y trasciende a través de sus descendientes. La idea de la Muerte, plenamente asumida, se desvanece o es consolada por la idea de la pervivencia a través del fruto de la actividad de la unión de los sexos; el cuerpo muere pero el germen se mantiene. Señala Novoa Santos que la marcha hacia la Muerte fuerza al organismo a copularse, y agrega que conjunción de los individuos se reduce a un hecho de englobamiento y destrucción que comprende un acto verdadero de asimilación. Si la aurora de la Muerte se confunde con el albor del Sexo, si Muerte y Sexualidad son dos aspectos de un mismo hecho que es la Creación o la Vida misma, es también evidente que la Sexualidad originaria ha brotado por la necesidad de mantener la estirpe e impedir que ésta desaparezca. Para Schopenhauer (“Voluntad en la Naturaleza”, el Amor Sexual es sólo la emoción de la que se sirve “El Genio de la Especie” (la voluntad de vivir, sustancia del Universo) para permitir la propagación de la especie. El Sexo y la Muerte forman un Sistema Ternario con la Vida. El Sexo se relaciona con la Vida porque este primero la posibilita y mantiene, produciendo por el intercambio de los sexos la Generación. Pero por otro lado la Vida se relaciona con la Muerte, porque forman las dos partes de una secuencia dentro del proceso de la Evolución del Universo que se retroalimenta. Por último, la Muerte hace necesaria la regeneración por el Sexo para mantener la Vida. Una idea falsa hizo creer a la Vida como una verdadera Muerte y a la Muerte como una verdadera Vida, pero gracias al concepto del Sexo las dos primeras readquieren su verdadera dimensión y significado. Quienes creen en la Reencarnación sostiene que el Ser experimenta a través de sucesivas encarnaciones varias alternaciones Vida-Muerte, y en el pasaje de una Muerte a una Vida se encuentra lo Sexual (generador del Ser) ligando a la Muerte con la Vida, pero a su vez el Sexo hace perdurar y perfeccionar la Vida complementada por la Muerte (que en la reencarnación asegura el pasaje para un aprendizaje complementario necesario en la espera de una nueva etapa). Freud describió la existencia de dos tendencias, fuerzas o “pulsiones” que coexisten en el Ser Humano: el “Eros” (pulsión generadora, creadora) que no es necesariamente un instinto sexual, y el “Tanatos” (pulsión destructiva, aniquiladora), pero en rigor de verdad estas fuerzas se encuentran asimismo en toda la Naturaleza, las dos no opuestas sino al servicio de la Evolución y de la perfección de la Inteligencia y de la Vida, porque estas dos fuerzas le dan sentido y forma. Gracias al Sexo y a la Muerte, fuerzas no antagónicas sino complementarias, (representadas en la Masonería por el pavimento negro y blanco, las Columnas J.: y B.:, el Sol y la Luna; en el orientalismo por el Ying y el Yang; en el maniqueísmo por lo Bueno y lo Malo), no necesariamente positivas o negativas respectivamente, el Ser Humano adquiere conciencia de su Inmortalidad, y aprecia tanto al Sexo como a la Muerte como Procesos Transformadores dentro de la Realidad única y perenne de la Vida y del Ser. El Sexo y la Muerte son dos momentos que presuponen respectivamente una idea física y espiritual de una tercera idea de Trascendencia. La “Muerte” es también una descripción figurativa de la transmutación de la Energía Sexual a través del Fuego regenerador de Kundalini, de donde surge el triunfo místico sintiendo “cómo la Vida surge en medio de la Muerte” (Boehme). Podríamos entonces caracterizar la terna Sexo-Muerte-Vida como un Triángulo Equilátero donde el Sexo y la Muerte son los vértices inferiores y la Vida el vértice superior, Triángulo dinámico que forma en su movimiento una distinta Realidad Superior. El Sexo desdoblado en Masculino-Femenino, la Muerte y la Vida, son distintas perspectivas de un fenómeno único que se centra en la Realidad de Dios, Brahma, Pachacámac o del G.: A.: D.: U.:, el verdadero Uno que abarca todas las cosas que existen, el Verdadero Ser de lo cual el Universo n

El Manuscrito Voynich: Un Manuscrito Indescifrado

El Manuscrito Voynich: Un Manuscrito Indescifrado 


Hace siglos que los eruditos tratan de descifrar los secretos de un antiguo libro, conocido como «manuscrito Voynich». Según creyeron algunos de los que lo han estudiado, anticipa muchos

 De los descubrimientos de la ciencia moderna. 

Dos páginas de lo que ha sido descrito como «el manuscrito más misterioso del mundo». Desde 1912, año en que fue adquirido por el especialista en libros antiguos Wilfred M. Voynich , los expertos han utilizado, sin éxito, los métodos de la criptología moderna para tratar de revelar sus secretos. 

A finales de 1912 un vendedor de libros antiguos de Nueva York llamado Wilfred M. Voynich volvió a su ciudad natal de una visita a Europa con un pequeño manuscrito, cuidadosamente empaquetado. Tenía gruesas tapas de pergamino, separadas, debido al uso, de las 204 hojas de pergamino delgado de que constaba el manuscrito; Voynich calculaba que, originalmente, tenía 28 páginas más, que se habían perdido. Su formato era de cuarto grande, ya que medía unos 15 por 22 cm y el texto, escrito en caracteres apretados y con tinta negra, iba ilustrado con más de 400 pequeños dibujos en rojo sangre, azul, amarillo, marrón y verde brillante. 

Las ilustraciones mostraban curiosos arabescos y tubos que parecían intestinos, figuras femeninas desnudas, estrellas y constelaciones y cientos de plantas de extraño aspecto. El pergamino, la caligrafía y la historia conocida del manuscrito indicaban a Voynich que era de origen medieval, y la abundancia de especímenes vegetales sugería que podía tratarse de un herbario, un libro de texto mitad científico, mitad mágico, que describía las cualidades místicas y médicas de las plantas y su preparación. Pero esto era una simple conjetura, ya que estaba escrito en un lenguaje que Voynich no pudo identificar; aunque el texto podía ser descompuesto en «palabras», cuyas letras eran familiares a medias, no tenían sentido. Voynich sólo pudo suponer que estaban escritas en un idioma poco conocido, en un dialecto o en un código. 

¿Magia negra? 

Una de las intrincadas y extraordinariamente confusas páginas del manuscrito Voynich. La abundancia de dibujos vegetales sugiere que podría tratarse de un herbario, pero muchos de los especímenes de plantas y arbustos resultaron ser inventados. 

Aunque Voynich no era criptología, tenía, indirectamente, algunas nociones de simbología. Su suegro había sido el profesor George Boole, el matemático inglés que fue uno de los primeros en usar símbolos matemáticos para expresar procesos lógicos: fue elegido miembro de la Royal Society por sus trabajos sobre la moderna lógica simbólica. Voynich también sabía que existían convincentes pruebas circunstanciales que sugerían que el autor de la extraña obra por él adquirida era Roger Bacon, monje franciscano del siglo XIII que había combinado sus estudios de filosofía, matemáticas y física experimental con la alquimia. Quizá Bacon había logrado inventar, 600 años antes que Boole, un sistema de lógica simbólica, o quizá simplemente había elaborado un código para camuflar sus investigaciones en torno a la piedra filosofal y el elixir de la vida, eludiendo así la acusación de practicar la magia negra, acusación que en la Edad Media solía tener fatales consecuencias. 

Mientras daba vueltas a todas esas posibilidades, Voynich se dirigió al mundo académico buscando una solución; hizo hacer docenas de copias del documento y se las envió a todos los especialistas que pudieran colaborar con él. Con cada copia, envió un resumen de lo que él sabía del manuscrito. 

Lo había comprado, pagando una cantidad no revelada, a principios de 1912, tras haberlo hallado en la biblioteca del Colegio Mondragone de los jesuitas, en Frascati (Italia). Antes de llegar allí, el manuscrito había permanecido custodiado durante 250 años en el Collegium Romanum de los jesuitas; había sido depositado allí por un célebre erudito y criptólogo jesuita del siglo XVII, llamado Athanasius Kircher, quien había intentado, sin éxito, descifrarlo. 

Según una carta fechada el 19 de agosto de 1666, Kircher había recibido el libro de manos de su antiguo alumno Joannes Marcus Marcí, rector de la Universidad de Praga; el libro había formado parte de la biblioteca del Sacro Emperador Romano Rodolfo II, hasta su muerte en 1612. A todos los efectos, Rodolfo había cedido el gobierno de sus reinos de Hungría, Austria, Bohemia y Moravia a los jesuitas, prefiriendo dedicar su tiempo a patrocinar las ciencias y pseudociencias. Las que más le interesaban eran la botánica y la astronomía; creó un complejo jardín botánico y construyó un observatorio en Benatky, cerca de Praga, para el astrónomo danés exiliado Tycho Brahe. (El que era por entonces su ayudante, Johannes Kepler, bautizaría después sus Tablas rudolfinas en honor a su antiguo protector.) 

Esta ilustración, que parece representar a un grupo de mujeres bañándose en tinta verde, es típica de los misteriosos dibujos del manuscrito. También podemos observar un ejemplo de la caligrafía del manuscrito. 

Pero los intereses más personales de Rodolfo se orientaban hacia la alquimia, y empleó mucho tiempo y mucho dinero en la instalación de un laboratorio alquímico al que invitó a alquimistas de toda Europa. Uno de ellos, Johannes de Tepenecz, firmó su nombre en un margen del manuscrito Voynich, según se descubrió posteriormente. Otro alquimista más famoso era el inglés John Dee, quien entre 1584 y 1588 vivió en la corte de Rodolfo como agente secreto de la reina Isabel I. Es posible que fuera Dee quien trasladara el manuscrito a Praga. 

Dee, que había sobrevivido al encarcelamiento en tiempos de la reina María Tudor, en 1555, acusado de brujería, se transformó en favorito de su media hermana Isabel. Los experimentos necrománticos que realizó con su ayudante Edward Kelley suenan a superchería, pero poseía un profundo conocimiento de la teoría y de la práctica alquímicas, así como de astrología, astronomía, matemáticas, geografía y navegación celeste (una de sus obsesiones era hallar el pasaje noroeste hacia la India ); pero sobre todo era un espía de capa y espada. Intentó la creación de claves secretas y estudió las que ya existían, en beneficio de su jefe, lord Burghley. 

Dee también admiraba mucho los trabajos de Roger Bacon, y coleccionó muchos de sus manuscritos. Tenía numerosos puntos en común con el monje franciscano; ambos se interesaban, por ejemplo, por las escrituras secretas. En cualquier caso, parece que fue el doctor Dee quien regaló a Rodolfo II el manuscrito de Voynich, diciéndole que era obra de Bacon. Sir Thomas Browne afirmaba que Arthur Dee, hijo del doctor Dee, le había hablado de un «libro que sólo contenía jeroglíficos, en cuyo libro su padre había ocupado mucho tiempo, pero no me dijo que lo hubiera descifrado». 

Éstos son, entonces, los antecedentes del problema que Voynich planteó al mundo académico en 1912, problema que provocaría angustia en muchos círculos intelectuales de Europa y América, ya que, aunque los grupos de letras y «palabras» que allí aparecían daban la impresión de ser tan sencillos «como el nombre de un viejo amigo cuando lo tienes en la punta de la lengua» –como dijo un escritor– en realidad no lo eran. 
Los filólogos buscaron en vano trazas de un lenguaje conocido y después utilizaron todos los métodos que suelen emplearse para leer idiomas perdidos; en vano. Varios criptoanalistas –incluido un especialista de la Biblioteca Nacional de París que había trabajado con códigos alquímicos del siglo XV– lucharon y se rindieron. En 1917, el manuscrito llegó a atraer la atención de la sección de criptología de la División de Inteligencia Militar de los Estados Unidos, el MI-8. 

El MI-8 estaba encabezado por un joven y brillante director, Herbert Osborne Yardley –quien se transformaría después en una leyenda en el mundo de los descifradores de códigos–, y por su brazo derecho, igualmente brillante, el capitán John M. Manly, doctor en filosofía, que antes de la guerra había sido director del departamento de Inglés en la Universidad de Chicago. En 1917 Manly trabajaba en el llamado criptograma Witzke, un código de 424 letras que descifró en tres días, revelando la identidad de Lothar Witzke, agente secreto alemán que operaba desde México. Pero después de trabajar mucho con el manuscrito de Voynich él también se dio por vencido –al igual que su jefe, Yardley–, y dijo que el texto era «el manuscrito más misterioso del mundo». 



Aquí podemos apreciar otra página del manuscrito, representando lo que parecen ser dos mapas estelares. 

Las ilustraciones del texto eran igualmente desconcertantes. Nada parecía tan sencillo como identificar las plantas desde el punto de vista botánico, y servirse luego de sus nombres para descifrar las leyendas; pero el problema era que la mayor parte de plantas y arbustos eran inventados, y los nombres de los que existían carecían de sentido desde el punto de vista criptográfico. Los astrónomos creyeron reconocer cuerpos celestes, como la estrella Aldebarán, la nebulosa de Andrómeda y el cúmulo estelar de las Híades, pero después volvieron a perderse en un torbellino de galaxias imaginarias. Especialistas en Bacon estudiaron el manuscrito, buscando coincidencias, mientras un profesor de anatomía de Harvard trataba de descifrar lo que le parecían diagramas fisiológicos; todo fue inútil. 

Pero hubo un hombre para quien el manuscrito de Voynich se transformó en obsesión. El profesor William Romaine Newbold, especialista en filosofía e historia medieval de la Universidad de Pennsylvania. Lingüista y criptógrafo –como Manly–, comenzó a trabajar en el texto en 1919. Su sistema era muy complejo: comenzó por examinar el manuscrito con una lupa y descubrió que existía un texto secundario microscópico dentro de las letras; creyó que se trataba de una especie de taquigrafía. Utilizando técnicas de desciframiento logró reducir esto a una clave de 17 letras romanas y con esto realizó seis «traducciones» diferentes, cada una de las cuales conducía a la siguiente. Después hizo un «anagrama» del sexto texto, con el que llegó al «texto» final –la solución– en latín. 

En abril de 1921 convocó una reunión de la Sociedad Filosófica Americana en Filadelfia y anunció sus conclusiones provisionales ante un público asombrado, al que finalmente logró convencer. En su opinión, la obra era de Roger Bacon, que la había puesto en clave para evitar que sus ideas se calificaran de «novedosas». Se sabía que Bacon había sido el inventor de la lupa y que había especulado con la posibilidad de construir telescopios y microscopios mucho antes de su invención. Según el profesor Newbold, el manuscrito Voynich demostraba que Bacon había construido un microscopio y lo había usado para estudiar y describir gametos, óvulos, espermatozoides y la vida orgánica en general. No sólo eso, sino que había construido un poderoso telescopio reflectante, con el que había estudiado sistemas estelares desconocidos en su tiempo. 

El profesor Newbold era hombre de sólida reputación, y sus descubrimientos –aunque sensacionales– parecían posibles. Muy pocos de los académicos que se reunieron para escucharle sabían algo de criptología, pero sus «descubrimientos» parecían razonables. Un importante fisiólogo, por ejemplo, consideraba que un dibujo y su leyenda describían las células epiteliales y sus cilios (se trata de las células que recubren las trompas de Falopio y los bronquios y que favorecen el paso de las mucosidades y de los óvulos) ampliadas a 75 veces su tamaño. John Manly, que ya había colgado su uniforme de mayor y había vuelto a su cátedra de la Universidad de Chicago, prefirió no tomar partido, pero escribió en la revista Harper's una reseña bastante favorable a Newbold. 

Durante cinco años, hasta su muerte en 1926, Newbold prosiguió su criptoanálisis del manuscrito, en colaboración con su amigo y colega Roland Grubb Kent; fue éste quien publicó los descubrimientos de Newbold en 1928, con el título de The cipher of Roger Bacon (La clave de Roger Bacon). Las reacciones de especialistas y curiosos no se hicieron esperar. 

Por supuesto, John Manly seguía interesado por el asunto, y en cuanto se publicó el libro quiso conocer el método de trabajo de Newbold y comprobar sus resultados. Aunque admiraba a Newbold –a quien consideraba una autoridad– lo que halló no le gustó nada, y después de discutir su punto de vista con, entre otros, antiguos colegas del MI-8, publicó en 1931 un artículo en la revista Speculum: en él, mediante un análisis cuidadosamente razonado, despojaba de todo valor los trabajos del difunto profesor Newbold.

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También puedes ver vídeos y audios con noticias y enseñanzas alternativas en canales de Youtube como Mindalia Televisión o La Caja de Pandora y leer revistas como Discovery Salud y Mente Sana que te aportarán sabiduría además de estimular tu propia intuición.

 

ÍNDICE:

-Introducción

-Construyendo los cimientos

-La ignorancia es el límite de nuestra libertad

-Las religiones

-Energía. Todo lo que existe es energía

-El orden

-2012, el inicio de una nueva Era

-Las civilizaciones antiguas

-El agua

-Los otros

-El sentido de la vida

-La mujer… Lo femenino

-El amor

-Conócete a ti mismo

-El centésimo mono

-Los que manejan el mundo

-El lenguaje de Dios

-Los niños índigos, Cristal y los niños Súper-Psíquicos

-El origen

-Los números, la geometría y los astros

-Fenómeno 11:11

-El último Presente

-El Sueño

-Reflexión. A modo de síntesis

-Un poco de ayuda

-Oración de co-creación

-¡Despierta!

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